Biden, ¿un amigo fiel de Europa? Sí y no: Ucrania, menos impulsividad y varios choques diplomáticos
La relación entre Estados Unidos y Europa ha sido objeto de un intenso escrutinio desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. La pregunta que muchos se han formulado es si el actual presidente estadounidense puede ser considerado un amigo fiel de Europa. La respuesta no es tan sencilla como parecería. Por un lado, Biden ha demostrado ser un líder más predecible y menos impulsivo que su predecesor, lo que ha generado un ambiente de mayor estabilidad y confianza en las relaciones transatlánticas. Sin embargo, la política de Estados Unidos hacia Ucrania y los choques diplomáticos con algunos países europeos han generado dudas sobre la verdadera naturaleza de la amistad entre Biden y Europa.
La UE y EEUU, amigos por conveniencia, no por pasión
La Unión Europea y Estados Unidos son socios más que amigos, unidos por intereses comunes en un mundo donde cada vez más se aplica la tesis de o conmigo o contra mí. La administración de Biden ha preferido trabajar con Bruselas, y esta ha aceptado la calma que ha ofrecido el presidente estadounidense. Sin embargo, no todo ha sido oro todo lo que ha relucido.
Una relación más calma, pero no exenta de tensiones
La explosividad de la etapa de Donald Trump ha dado paso a una relación más pausada y amigable bajo la presidencia de Biden. La Casa Blanca ha puesto facilidades en los temas más importantes del vínculo transatlántico, como la guerra en Ucrania, y la UE ha encontrado una causa común en la ayuda a este país. Sin embargo, la relación no está exenta de tensiones.
La ayuda a Ucrania, un pilar clave en las relaciones UE-EEUU. La Unión Europea ha asumido la mayor parte del apoyo económico a Kiev, mientras que Estados Unidos se ha enfocado en el apoyo militar.
La OTAN, un paraguas para la UE
La OTAN ha pasado de ser inútil a hacerse fuerte y ampliarse, lo que ha permitido a la UE articular su autonomía estratégica. Sin embargo, la dependencia de Europa en cuanto a la seguridad sigue siendo un punto débil.
La defensa, un punto de fricción en el futuro. La UE quiere aumentar sus inversiones en defensa y trabajar más en política exterior, lo que puede generar roces con Estados Unidos.
La industria, una pata fundamental
La UE quiere liderar sectores como los productos farmacéuticos, la ingeniería mecánica y la moda, y abrir nuevos horizontes en áreas como los chips y la inteligencia artificial. Sin embargo, la atracción de empresas es clave, y la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) en Estados Unidos ha generado un choque con la UE.
La lucha por las empresas. La Comisión Europea ha creado un nuevo mecanismo, el matching aid, para compensar a las empresas que no se vayan a Estados Unidos atraídas por la IRA. Un ejemplo es la planta de baterías de Northvolt en Alemania.
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