El mercado energético mantiene la vista puesta en la escasez de aceite en España, pero no se siente alarmado por la situación en Italia
En el contexto de la incertidumbre energética que rodea al mercado global, la escasez de aceite en España ha generado un clima de preocupación entre los expertos y los inversores. Sin embargo, a pesar de la tensión que se vive en el mercado energético español, la situación en Italia no parece generar alarma entre los actores clave del sector. La escasez de aceite en España se debe a una combinación de factores, entre los que se encuentran la disminución de la producción y la creciente demanda. A continuación, se analizará la situación actual del mercado energético y se explorarán las posibles consecuencias de esta situación.
Escasez de aceite en España, pero no alarmas en Italia
El mercado del aceite de oliva aguarda la llegada de la nueva cosecha a final de año con el foco puesto en el bajo nivel de reservas en España, pese a que Italia también atraviesa un momento de escasez, con una grave sequía afectando al campo.
Las existencias de aceite en España alcanzaban las 415.000 toneladas a finales de junio, según apuntan los últimos datos oficiales de la campaña 2023-2024. De este total, 251.200 toneladas se encontraban en las almazaras y las otras 162.400 se correspondían con las existencias de envasadores y operadores.
Rafael Pico, director de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador de Aceites de Oliva y Aceites de Orujo (Asoliva), explica que la caída de reservas continúa siendo un problema en España. El aceite que hay está muy ajustado y la situación no va a variar hasta final de diciembre, cuando habrá realmente, ha añadido.
Entonces, la llegada al mercado de la nueva cosecha española sí tendrá efecto en todos los sentidos, ya sea en el mercado interior como en el exterior y en los precios en origen, asegura Pico.
Sequía en el olivar italiano
El director de Asoliva recuerda que el mercado internacional está condicionado por la producción española, la mayor del mundo, mientras que la de Italia no cuenta, ya que es un país con existencias siempre bajas y el aceite que necesita lo compra a España, Grecia y Túnez.
Según el Gobierno italiano, las existencias en ese país a 30 de junio sumaban 179.416 toneladas de aceite de oliva, un 12% menos que en mayo pasado y un 23% menos que en el mismo período de 2023. De esa cantidad, un 73% era aceite de oliva virgen extra, el 63,4% de origen italiano y el 27,1% de otros países de la Unión Europea.
La sequía ha hecho mella en la producción de aceite de oliva en los últimos años entre los productores mediterráneos y, en el sur de Italia, recientemente se han disparado las alarmas por la falta de agua y el calor, lo que está mermando las producciones agrícolas, incluida la del olivar.
Pendientes de la próxima campaña
En España, las lluvias de invierno y la ausencia de calor extremo en primavera hacen previsible un aumento de la producción de aceite de oliva en la campaña 2024-2025 y un descenso progresivo de los precios.
Hasta ahora, la escasez de producto ha llevado a la industria a seguir comprando a la semana e incluso al día, una estrategia que puede cambiar si las envasadoras quieren garantizar el abastecimiento a sus clientes hasta que lleguen los nuevos aceites, según el responsable sectorial de aceite de oliva de Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía, Cristóbal Gallego.
Las cooperativas advierten de que la escasez de aceite también la sufren otros países productores como Italia, donde la posible caída de las existencias a 110.000 toneladas al inicio de la nueva campaña puede suponer un nuevo reajuste de las previsiones en Europa y una marca histórica.
Según los últimos datos de la Comisión Europea, las existencias de aceite de oliva en la Unión Europea (UE) bajarán a 360.000 toneladas al final de la campaña 2023-2024, un 12% menos que en la anterior, y la producción crecerá un 8%, hasta las 1.510 toneladas.
Se estima que la producción de la campaña actual se incrementará el 28% en España, el 36% en Italia y el 25% en Portugal, frente al descenso del 55% en Grecia; mientras que fuera de la UE destacan el aumento previsto del 11% en Túnez y la caída del 45% en Turquía.
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