En un sorprendente testimonio, un toro de lidia compartió sus vivencias sobre un viaje inolvidable a la capital española, Madrid. El animal, que usualmente se encuentra en el ruedo, se encontró en el corazón de la ciudad, visitando lugares emblemáticos y disfrutando de experiencias únicas. Entre los lugares más destacados de su itinerario se encontraba el Valle de los Caídos, un monumento histórico que parece haber dejado una profunda huella en el toro. Según sus palabras, La llevamos al Valle de los Caídos y nos parecía que éramos en un sueño, demostrando la gran impresión que le causó este lugar. A continuación, conoceremos más sobre las aventuras de este toro en Madrid y los lugares que lo hicieron sentirse como en un sueño.
Torito Recuerda Viaje Inolvidable a Madrid: ¡Con Vómitos y Misa en el Valle de los Caídos!
En el programa Zapeando de ATRESMEDIA, el colaborador Torito compartió una divertida y pintoresca anécdota de su viaje de fin de curso en Madrid. El relato surgió como respuesta a un vídeo que mostraba un momento de pánico vivido en una atracción en México, donde varias personas se quedaron suspendidas a más de setenta metros de altura debido a una tormenta.
Mi viaje de fin de curso no fue a Londres, fue a Madrid, relató el reportero con humor. Estábamos viendo la silla voladora y nos cayó un vómito, dijo entre risas. Imagínate, no habíamos salido de Menorca y llegamos a Madrid y vemos confit de pato. Así comenzó nuestro viaje de fin de curso, agregó.
La anécdota no terminó ahí. El comunicador continuó recordando que, como parte de la excursión, también visitó el emblemático Valle de los Caídos. Es lo que tiene estar en un colegio de curas, comentó, haciendo alusión a la particular elección de lugares en su escapada estudiantil.
Tras escuchar el relato, Miki Nadal no perdió la oportunidad de bromear sobre la peculiar expedición del comentarista: Vaya fin de semana bueno en Madrid. El sábado vómitos en el parque de atracciones y el domingo misa en el Valle de los Caídos.
La divertida anécdota de Torito nos permite vislumbrar un lado más humano y humorístico del colaborador, y nos hace recordar que, a veces, los viajes de fin de curso pueden ser tan inolvidables como divertidos.
Deja una respuesta