- La psicóloga que analizó a Pélicot en el juicio revela que era un egocéntrico narcisista que trataba a su esposa como un objeto
- El caso de Dominique Pélicot: un egocéntrico narcisista que drogó a su mujer para satisfacer sus fantasías sexuales
- La experta psicóloga destaca la ausencia de problemas mentales en el acusado
- La víctima, Gisèle Pélicot: un objeto para satisfacer los deseos del acusado
- La doble personalidad de Pélicot: servicial, amable, bueno vs. desviaciones sexuales
- La jubilación y el traslado: factores que debilitaron las barreras
- La indiferencia del acusado hacia su mujer
- La vorágine de destrucción hacia su esposa
- El interrogatorio del acusado
La psicóloga que analizó a Pélicot en el juicio revela que era un egocéntrico narcisista que trataba a su esposa como un objeto
En un impactante testimonio, la psicóloga que evaluó al acusado Pélicot durante el juicio ha revelado que este presentaba una personalidad narcisista, caracterizada por una exagerada autoestima y una completa falta de empatía hacia los demás. Según la experta, Pélicot trataba a su esposa como un objeto, sin considerar sus sentimientos ni necesidades, lo que revela una profunda deshumanización en su comportamiento. Estas revelaciones ponen en entredicho la imagen del acusado y arrojan nueva luz sobre los hechos del caso, que conmocionaron a la opinión pública.
El caso de Dominique Pélicot: un egocéntrico narcisista que drogó a su mujer para satisfacer sus fantasías sexuales
En la vista celebrada este lunes en Aviñón, Francia, la psicóloga Annabelle Montagne ha definido a Dominique Pélicot, de 71 años, como un egocéntrico narcisista que tenía un deseo irrefrenable de cumplir sus fantasías sexuales. Pélicot se sienta en el banquillo acusado de haber drogado a su mujer, Gisèle, durante años para que la violaran hasta 72 veces.
La experta psicóloga destaca la ausencia de problemas mentales en el acusado
Según la experta, Pélicot no presenta problemas mentales ni tiene patologías mentales que le impidieran discernir lo bueno de lo malo. Esto es un elemento fundamental para considerarlo penalmente responsable. Sin embargo, Montagne ha detectado una adicción al sexo y una tendencia al voyerismo.
La víctima, Gisèle Pélicot: un objeto para satisfacer los deseos del acusado
La psicóloga ha destacado que Pélicot concebía a su mujer como un objeto para cumplir sus necesidades y deseos, más que como una persona a la que debía respetar. Esta actitud es clave para entender la gravedad de los delitos cometidos por el acusado.
La doble personalidad de Pélicot: servicial, amable, bueno vs. desviaciones sexuales
La abogada del acusado, Béatrice Zavarro, ha destacado la dicotomía en la personalidad de su cliente. Por un lado, Pélicot se comportaba como un hombre servicial, amable, bueno en todos los sentidos, pero por otro lado, tenía una personalidad oscura que se descubrió a sí misma a través de sus desviaciones sexuales.
La jubilación y el traslado: factores que debilitaron las barreras
Zavarro ha hecho hincapié en que la jubilación y el traslado de la familia al sureste de Francia habían debilitado algunas barreras, lo que permitió aflorar la personalidad oscura de Pélicot. Esta personalidad oscura puede tener origen en unos abusos que él mismo sufrió de niño.
La indiferencia del acusado hacia su mujer
La experta psicóloga ha destacado que Pélicot no sentía preocupación por el estado físico y mental de su mujer, con la que llevaba prácticamente 50 años, y de la que quedó finalmente divorciado el pasado mes de agosto.
La vorágine de destrucción hacia su esposa
La práctica de drogar a su mujer para ver cómo otros hombres mantenían relaciones sexuales con ella sin su consentimiento continuó hasta que Pélicot fue detenido por grabar bajo las faldas de unas mujeres en un supermercado de Carpentras. La Policía, al registrar sus archivos informáticos, descubrió miles de vídeos y fotos en los que aparecían las prácticas a las que sometió a su esposa bajo ansiolíticos, algunas de ellas de sexo violento y sadomasoquismo.
El interrogatorio del acusado
Pélicot se enfrenta a una de las jornadas cruciales del proceso, ya que será interrogado sobre su personalidad y sobre los hechos que tuvieron lugar entre 2011 y 2020, y por los que su mujer llegó a ser violada más de 280 veces al año, la mayoría de veces por su propio esposo.
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