- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena a España por vulnerar los derechos de una testigo de Jehová que recibió una transfusión médica contra su voluntad y creencias
- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena a España por vulnerar los derechos de una testigo de Jehová
- Una sentencia histórica
- Un documento de voluntad anticipada
- Una crítica a la aplicación de las reglas
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena a España por vulnerar los derechos de una testigo de Jehová que recibió una transfusión médica contra su voluntad y creencias
En un fallo histórico, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado a España por vulnerar los derechos de una testigo de Jehová que, en 2001, recibió una transfusión médica contra su voluntad y creencias. Según la sentencia, la transfusión de sangre se realizó sin el consentimiento informado de la paciente, violando así su derecho a la libertad de conciencia y de religión, protegido por el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Este fallo tiene implicaciones importantes en la protección de los derechos de los pacientes y la relación entre la medicina y la libertad de creencias.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena a España por vulnerar los derechos de una testigo de Jehová
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha condenado a España por una transfusión sanguínea que se realizó en un hospital de Madrid a una testigo de Jehová, a pesar de que la paciente había expresado su voluntad de no recibir dicha intervención médica.
Una sentencia histórica
La sentencia del TEDH ordena a España pagar 12.000 euros a la demandante, Rosa Edelmira Pindo Mulla, una ciudadana ecuatoriana residente en Soria, por daños morales, y 14.000 euros más por costas judiciales.
Los jueces europeos señalan una sucesión de fallos en el proceso de decisión que condujo a la transfusión sanguínea en el hospital de La Paz (Madrid). La juez de guardia que autorizó los procedimientos médicos tenía informaciones muy limitadas, erróneas e incompletas y no se pudo corregir porque ni la propia Pindo ni ninguno de sus allegados fueron informados.
El personal del hospital no siguió el procedimiento habitual para obtener el consentimiento, tratando la situación como una urgencia. La paciente había manifestado su rechazo a cualquier tipo de transfusión sanguínea, incluso si los sanitarios creían que era necesaria para salvar su vida.
Un documento de voluntad anticipada
Pindo, que se había convertido a los testigos de Jehová en 2001, llevaba siempre consigo un documento en el que rechazaba cualquier transfusión sanguínea. En agosto de 2017, formalizó ante la Junta de Castilla y León esa posición en sus voluntades médicas anticipadas.
El TEDH reconoce que la juez de guardia tomó su decisión guiándose por el principio de que se hiciera lo posible para salvar la vida de Pindo. Sin embargo, el tribunal hace notar que dejar que el paciente decida si acepta o no un tratamiento es un principio elemental y fundamental que está protegido por la regla del libre consentimiento.
Un paciente adulto con discernimiento es libre para decidir si acepta o no una intervención quirúrgica o un tratamiento médico, incluida una transfusión sanguínea. Es importante conciliar su autonomía con su derecho a la vida en una situación de urgencia.
Una crítica a la aplicación de las reglas
El Tribunal de Estrasburgo indica que cuando un Estado decide poner en marcha un sistema de directivas médicas anticipadas y los pacientes se sirven de este sistema, es importante que funcione de forma efectiva.
El abogado de Pindo, Petr Muzny, ha afirmado que la sentencia del TEDH es una excelente decisión que protege el derecho de los pacientes en toda Europa y pone fin a ciertas excepciones en la aplicación del libre consentimiento.
Muzny ha subrayado que el problema no estuvo en las reglas que existen, sino en la aplicación deformada de la legislación, y que su clienta espera que a partir de ahora, cuando vaya al hospital, eso no volverá a ocurrir.
Sobre el fondo, el abogado ha dicho que la sentencia favorece a los pacientes porque les garantiza que se cumpla su voluntad, pero también a los médicos ya que los descarga de la dura responsabilidad al tomar decisiones en casos como el que se planteó en La Paz.
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