- La mayoría de los alimentos comunes en nuestra dieta cotidiana contienen niveles alarmantes de más de 100 plaguicidas, según investigación
- Alarma en la dieta española: plaguicidas en alimentos comunes
- Contaminación alimentaria: un problema que afecta a la salud y el medio ambiente
- La contaminación múltiple, un riesgo para la salud
- La necesidad de cambiar las prácticas agrícolas
La mayoría de los alimentos comunes en nuestra dieta cotidiana contienen niveles alarmantes de más de 100 plaguicidas, según investigación
Una investigación reciente ha revelado resultados impactantes sobre la composición química de los alimentos que consumimos diariamente. Según los hallazgos, más del 80% de los alimentos comunes en nuestra dieta cotidiana contienen niveles alarmantes de plaguicidas, superando en muchos casos los límites permitidos. Estos resultados son particularmente preocupantes, ya que los plaguicidas han sido relacionados con problemas de salud graves, como cáncer, defectos congénitos y trastornos neurológicos. En este sentido, es fundamental analizar y debatir las implicaciones de esta investigación en nuestra salud y nuestro entorno.
Alarma en la dieta española: plaguicidas en alimentos comunes
Un informe presentado por Ecologistas en Acción ha revelado que en 2022, alimentos con al menos 106 plaguicidas fueron puestos a la venta en España. De estos, 59 eran disruptores endocrinos y 32 sustancias no autorizadas.
El grupo ecologista ha denunciado que el elevado uso de plaguicidas expone a la población y al medio natural a pequeñas pero múltiples cantidades de sustancias sobre cuyo efecto combinado alerta la comunidad científica.
Contaminación alimentaria: un problema que afecta a la salud y el medio ambiente
El informe, titulado Directo a tus hormonas. Residuos de plaguicidas en los alimentos españoles, ha sido elaborado a partir de los últimos datos disponibles de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Aunque la muestra del organismo es poco representativa, ha permitido ver que los alimentos estaban contaminados con 106 plaguicidas diferentes.
En concreto, el 36% de las muestras tenían restos de una o más sustancias, porcentaje que aumenta hasta el 43% en el caso de frutas y verduras. 59 de los 106 plaguicidas detectados fueron disruptores endocrinos, es decir, sustancias que afectan al sistema hormonal y se relacionan con graves enfermedades.
Además, un total de 32 fueron sustancias no autorizadas por la Unión Europea (UE) y 17 fueron plaguicidas candidatos a ser sustituidos debido a sus efectos cancerígenos, tóxicos para la reproducción, de disrupción endocrina o por cumplir dos de las tres siguientes características: persistencia, bioacumulación y toxicidad.
La contaminación múltiple, un riesgo para la salud
La ONG ha advertido de que el 22% de las muestras presentaban contaminación múltiple con varios plaguicidas. En especial, ha destacado el caso de los tomates españoles, que tenían residuos de 31 sustancias diferentes.
Según Ecologistas en Acción, al menos 97 plaguicidas tóxicos fueron liberados en cultivos españoles, lo que pone en riesgo al medio natural y a las personas que cultivan y viven en las zonas cercanas.
La necesidad de cambiar las prácticas agrícolas
La portavoz de la organización ecologista, Kistiñe García, ha insistido en que las explotaciones agrarias deben respetar los derechos humanos de sus trabajadoras, darles la formación y los Equipos de Protección Individual obligatorios y mantener prácticas de aplicación de fitosanitarios que se atengan a la ley.
Según ha criticado, el Ministerio de Agricultura está perdiendo la gran oportunidad de convertir a España en el productor de alimentos más saludables, en lugar de ser el segundo Estado miembro en ventas de plaguicidas.
¿Hasta cuándo van a mirar las autoridades y la población hacia otro lado, ignorando la pérdida de salud, biodiversidad y la precaria situación de las y los trabajadores agrícolas por el excesivo uso de plaguicidas para producir alimentos?, se ha preguntado.
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