La Medioceana: La Olla Mediterránea se Encuentra en un Estado de Descomposición Ecológica

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La Medioceana: La Olla Mediterránea se Encuentra en un Estado de Descomposición Ecológica

La situación ambiental en el Mediterráneo ha alcanzado un punto crítico. Según informes recientes, la región se encuentra en un estado de descomposición ecológica, lo que pone en peligro la biodiversidad y la salud de los ecosistemas marinos. La contaminación, la sobrepesca y el cambio climático son solo algunos de los factores que han contribuido a este problema. La Olla Mediterránea, como se conoce a esta región, es un área clave para la producción de oxígeno y la regulación del clima, por lo que es fundamental tomar medidas urgentes para revertir esta tendencia y salvaguardar el futuro de nuestro planeta.

La Medioceana: La Olla Mediterránea se Encuentra en un Estado de Descomposición Ecológica

No nos asustemos, no va de un plato que pueda interesar a comidistas, cocineros o simples personas. Pero hay que citarlos en honor a la gastronomía ibérica, que también de eso vive la gente. No asimilen sin más podrido con lo que están pensando. Sepan que lo de olla poderida del latín fue en su origen la olla que podían comerse los poderosos, desde tiempos romanos. Pero con los años perdió la e y se quedó en podrida.

Es un plato singular, está ampliamente recogida hasta en nuestra literatura; en El Buscón de don Francisco de Quevedo y Villegas encontrarán la ironía picaresca en forma de olla, pobre. Pero se habla pocas veces de sus posibles carencias. Don Quijote, la cima de nuestra literatura por su desparpajo hace tantos años, más de 400, ya la trae bendecida: Aquel platonazo que está más adelante vahando me parece que es olla podrida, que, por la diversidad de cosas que en las tales ollas podridas hay, no podré dejar de topar con alguna que me sea de gusto y provecho. (Quijote, II, 47,)

La Olla Podrida: El Mediterráneo en Estado de Descomposición Ecológica

La Olla Podrida: El Mediterráneo en Estado de Descomposición Ecológica

La olla, plato o simplemente revuelto del que voy a tratar aquí es otra cosa. Va de algo tan importante o más que la sencilla comida; se refiere a la sopa mediterránea, o si prefieren llamarlo podrida olla moderna mediterránea. Alguien de por aquí cerca me corrige y me sugiere decir ya que vamos a hablar de la rapidez con la que hemos podrido el Mare Nostrum. Siendo nuestro, se supone que está al servicio de los países ribereños. ¡Ni mucho menos!

Se dice que está caliente, como lo demuestra que en playas del Levante español se hayan batido récords este año: 28,7 ºC el 15 de agosto, pero la cosa va según zonas. Tanto es así que algunas amistades que me han contado sus experiencias playeras, han definido el estado de agua “como una sopa”. De eso vamos a hablar aquí, y no es la primera vez.

El Mare Nostrum: La Caliente Sopa que nos Devora

Por lo que parece no toda la gente que se baña en sus playas, cada día más muchedumbre –vale aquí el pleonasmo- opina que el hecho de que el agua se encuentre a semejante temperatura a mitad del verano no supone ninguna amenaza. Pues sí. Dicen quienes saben mucho de biología que por eso proliferan algas de distinto calibre, que las playas están invadidas por unas medusas pequeñitas –carabelas para los portugueses- que no tienen enemigos y por eso campan a sus anchas.

Nos detendremos también en más asuntos que convierten al Mediterráneo en una especie de caldero tipo “olla podrida en sus ingredientes”. Y es que la han corrompido los poderosos –no solo-con sus vertidos por tierra, mar y aire; ¿será por eso esa gente se baña en piscinas exclusivas?

La Desidia y la Corrupción: La Olla Podrida que Devora el Mediterráneo

En la olla han entrado también unos aderezos extraños que cada vez abundan más. Lo llaman de forma resumida DANA, pero en realidad son depresiones aisladas en niveles altos. La gente de Aemet nos ha hecho ver que la meteorología no solo consiste en cuando llueve o no, sino que intervienen factores antes desconocidos llamados niveles altos del aire o profundidades marinas. En medio estamos nosotros. Además, en esta confluencia cada cual va a su marcha.

De hecho, las DANA, que se salen del continuo flujo que las empujó, van a llevar algo a las ollas mediterráneas, que ya estaban bastante alteradas por calores e inmundicias. Quienes solo ven los destrozos de las DANA, olvidan lo que han dicho miles de veces los científicos: el calor las azuza y las hará cada vez más frecuentes y destructivas.

Nuestro Mediterráneo se encuentra ya en un deterioro sin límites, porque nos empeñamos en no mirarlo de frente. La actividad humana es sin duda la causante de esta peligrosa degradación, de ser el mar más corrompido del planeta. Mal nos irá a todos, y a la biodiversidad que sostiene, si la cloaca que nos llama no obtiene respuesta en un gran plan de restauración como esos que dice la Ley de Restauración de la Naturaleza que acaba de aprobar la UE. Las actividades humanas comprometidas deben ser las responsables de la cuidadosa restauración. Y las administraciones y empresas estar sujetas al dictado de la Ley.

Susana Vidal

Soy Susana, redactora de la página web Diario Online, un periódico independiente de actualidad nacional española. Mi pasión por la escritura y la veracidad de la información me lleva a investigar a fondo cada noticia que publicamos. Con un enfoque objetivo y crítico, me esfuerzo por ofrecer a nuestros lectores contenidos relevantes y de calidad. Mi compromiso es mantener informada a la sociedad española, abordando temas de interés público con profesionalismo y ética periodística. ¡Gracias por seguirnos en nuestra plataforma digital!

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