No controles desvela la realidad de la explotación laboral y abusos sufridos por algunos escoltas en el País Vasco: Niño, trae carne para las patatas

En un revelador informe, No Controles ha sacado a la luz una triste realidad que afecta a una parte de la comunidad de escoltas en el País Vasco. La investigación ha destapado casos de explotación laboral y abuso hacia algunos de estos trabajadores, que se ven obligados a aceptar condiciones de trabajo indignas y humillantes. Uno de los testimonios más impactantes es el de un escolta que, en lugar de recibir un trato digno, escuchó la orden de Niño, trae carne para las patatas, una frase que resume la falta de respeto y consideración hacia estos profesionales. Esta noticia es un llamado a la reflexión y a la acción para proteger los derechos de los trabajadores y erradicar estas prácticas inaceptables.

La dura realidad de los escoltas en el País Vasco: abusos y explotación laboral

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La otra cara de la protección en el País Vasco

Durante la existencia de ETA, 854 personas fueron asesinadas a sangre fría. Esta actividad mortífera obligó a muchas personas a llevar escolta, sobre todo en el País Vasco. Ahora, el programa Salvados ha recuperado la figura de esas personas cuyo trabajo era proteger a políticos, empresarios y figuras relevantes.

Y por si su empleo no fuera de por sí peligroso, enfrentándose a la posibilidad real y frecuente de atentados y ataques por parte de terroristas armados, han revelado que en ocasiones también tenían que lidiar con el mal comportamiento o trato de las personas a las que defendían.

Nos confundían, se creían que éramos chófer o servicio doméstico, apuntaba Manuel Jiménez, uno de los escoltas entrevistados. Otro de ellos, Francisco Díaz, aseguraba que nos utilizaban para ir de ruta los fines de semana. Querían que les abrieras la puerta del coche o les llevaras la bolsa de la compra. En Bilbao escuché al escoltado decir 'niño, tráeme la carne para las patatas' al escolta, recuerda Manuel.

Richard Sanderson comenta que te daban muchas veces malas contestaciones.

Abusos y explotación laboral

Abusos y explotación laboral

No es todo. En un ambiente absolutamente hostil, algunos defendidos se ponían en peligro y por ende a su escolta, de forma innecesaria. Uno de ellos recuerda que su defendido se adentraba en las txosnas (casetas de feria) que en su mayoría regentaba la izquierda abertzale.

Llamabas a la central o la Ertzaintza y decías 'hago un cierre parcial de servicio' porque el protegido está entrando en las txosnas.

Reanudamos el servicio hasta 23 veces en dos o tres horas, recuerda el exescolta Manuel, que asegura que incluso el ertzaina que recibía el aviso dijo dejad que lo maten ya de una vez, pero no llamarme más.

Explotación laboral

Uno de sus protegidos llegaba a entrar en las herriko tabernas a calentar al personal. Se ponía a cantar el Cara al sol y cuando los vascos ya no aguantaban e iban para él decía: 'mis escoltas', narra Manuel, que también hace ver que en ocasiones tenían que acompañar a sus protegidos a casas de sus amantes, puticlubs o fiestas privadas con alcohol, drogas y chicas.

Por si fuera poco, la empresa que proveía de personal de escolta, no siempre les facilitaba el trabajo, por ejemplo, a la hora de proveerles de armas.

Hubo un problema un par de días y los compañeros tuvieron que trabajar con armas de juguete para que se notara el bulto, contaba a Gonzo Manuel Jiménez.

Marina Ramírez

Soy Marina, una autora apasionada por la actualidad nacional española. En Diario Online, un periódico independiente, comparto mis análisis y opiniones sobre los eventos más relevantes de nuestro país. Con mi pluma perspicaz y mi compromiso con la verdad, busco ofrecer a los lectores una visión objetiva y completa de la realidad que nos rodea. ¡Acompáñame en este apasionante viaje a través de las noticias más importantes de España!

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