En el ámbito de la energía renovable, Iberdrola y EDPR se han destacado como líderes en términos de rentabilidad, logrando un rendimiento del 10% sobre el capital invertido. Esta cifra es notablemente superior a la media del sector, lo que demuestra la efectividad de la estrategia de ambas empresas en la inversión en energías limpias. La apuesta por la energía eólica y solar ha permitido a estas empresas reducir costos y aumentar su eficiencia, lo que se traduce en beneficios para los inversores y para el medio ambiente. Este logro es un ejemplo a seguir para otras empresas que buscan invertir de manera sostenible y reducir su huella de carbono.
Iberdrola y EDPR se coronan como líderes en rentabilidad renovable con un rendimiento del 10% sobre el capital invertido
Un informe de Goldman Sachs destaca el sólido desempeño de Iberdrola y EDPR en rentabilidad renovable, con un retorno ajustado sobre el capital empleado (RoCE) del 10,1% y 9,9%, respectivamente, en el período 2018-2023.
La nueva capacidad 'verde' añadida entre 2018 y 2023 ha logrado un retorno medio del 9%, según el informe de Goldman Sachs. Esto demuestra el atractivo de invertir en renovables, pese al escepticismo de muchos que creen que las inversiones en energías renovables son una mala manera de desplegar capital.
El banco de inversión destaca que un RoCE del 9% sigue siendo decente incluso con precios constantes de la energía. Iberdrola y EDPR se elevan por encima de la media, mientras que Acciona Energía y la alemana RWE no salen tan bien paradas, con un 7,7% y un 5,8%, respectivamente.
Goldman Sachs afirma que invertir en renovables resultó positivo durante dichos años para la mayoría de inversores, pese a que muchos con los que habla están convencidos de que las inversiones en energías renovables son una mala manera de desplegar capital.
Según la entidad, el RoCE ajustado objetivo debe ser al menos de un dígito alto en el primer año del proyecto. Los promotores renovables deberían aspirar a un retorno de entre un 8% y un 8,5% para nuevas instalaciones, lo que supondría un poco por debajo de la rentabilidad mínima que se exige a un proyecto para cubrir los costes de financiación antes de impuestos (WACC).
La inflación llevará a mejores rentabilidades, según el informe. Con el tiempo, la indexación a la inflación y la depreciación de los activos aumentaría los beneficios muy por encima de la WACC. Se estima que el RoCE de un proyecto típico se situaría en torno al 15% de media a lo largo de los 15 años de duración del contrato.
El economista y analista financiero Javier Santacruz explica que la diferencia entre RoCE y RoCE ajustado es que se elimina del capital empleado todo aquello que no son instrumentos puros de capital, lo que se traduce en una medición más depurada de la rentabilidad sobre el dinero que efectivamente se está invirtiendo.
Los analistas del banco norteamericano aconsejan utilizar el RoCE como indicador para tomar una decisión de inversión y monitorear la rentabilidad. En la actualidad, muchos desarrolladores de energías 'verdes' toman sus decisiones en función del objetivo final de la Tasa Interna de Retorno (TIR), lo que tiene sus limitaciones.
Utilizar el RoCE como impulsor de las decisiones de inversión proporcionaría un enfoque más transparente, directamente relacionado con la inversión realizada y con el estado de los resultados. El RoCE puede monitorearse fácilmente y de forma periódica, lo que permitiría tomar medidas correctivas rápidas en caso de inversiones de bajo rendimiento.
El informe de Goldman Sachs recoge unos gastos de capital netos para Iberdrola de 16.000 millones de euros, con los que añadió a su cartera 16 GW; seguida de RWE con 12.000 millones de euros (aunque para el período 2019-2024) y 8 GW; Enel con 10.000 millones de euros y 12 GW; Acciona Energía con 4.000 millones de euros y 6 GW, y EDPR con 2.000 millones y 3 GW.
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