La justicia condena a la directora de una guardería por maltrato y abuso de autoridad hacia un niño
En un fallo contundente, la justicia ha dictaminado la condena de la directora de una guardería debido a graves acusaciones de maltrato y abuso de autoridad hacia uno de los niños bajo su cuidado. El caso, que ha generado gran conmoción en la opinión pública, revela un patrón de conducta inaceptable por parte de la directora, quien utilizó su posición de autoridad para ejercer vejación y humillación contra el menor. La sentencia marca un importante precedente en la lucha contra el maltrato infantil y enviará un mensaje contundente a aquellos que abusan de su poder.
La justicia condena a la directora de una guardería por maltrato y abuso de autoridad hacia un niño
El Juzgado de lo Penal número 5 de Almería ha impuesto una condena de un año de prisión a la directora de una escuela infantil en Oria, Almería, por maltratar y abusar de su autoridad hacia uno de los alumnos del centro.
Según la sentencia, la acusada, que era directora y cuidadora de la escuela infantil, mantenía una conducta violenta e intimidatoria con los menores, utilizando expresiones impropias frente a ellos y sometiéndolos a un trato incorrecto, inadecuado y vejatorio de forma reiterada.
El fallo concreta que la directora aprovechaba el espacio cerrado del aula y la corta edad del niño para encerrarlo a oscuras sentado en una silla en un almacén cuando lloraba o estaba intranquilo. Lo hacía con la puerta medio cerrada y tras dejarlo aislado del resto de sus compañeros.
Esta conducta provocó que el niño perdiera el apetito y el sueño, llorara continuamente, se atemorizara ante otros y cogiera miedo a la oscuridad. La juez Juana Cortés destaca que de la conducta de la acusada, más allá de la absoluta falta de empatía con el pequeño, se desprende claramente que ocasionó al menor un trato de inequívoco contenido vejatorio y humillante generando sufrimiento y miedo en el niño.
Además de la condena de un año de prisión, la directora también debe pagar una indemnización de 1.500 euros por los daños morales ocasionados al niño y se le inhabilita para ejercer cualquier profesión u oficio relacionado con menores durante el tiempo de la condena.
Es importante destacar que la juez no consideró probada la acusación contra la docente por otro delito contra la integridad moral cometido contra otra niña, ya que la simple sospecha de la madre de la menor no se vio confirmada mediante prueba indirecta o circunstancial.
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