No es tan efectivo tener más de dos tarjetas de crédito: ¿Por qué te conviene mantener un número limitado?
La tentación de acumular tarjetas de crédito puede ser grande, especialmente cuando se ofrecen recompensas y beneficios atractivos. Sin embargo, una nueva investigación revela que tener más de dos tarjetas de crédito no es tan efectivo como se cree. De hecho, mantener un número limitado de tarjetas puede ser más beneficioso para tu situación financiera a largo plazo. En este artículo, exploraremos las razones por las que es importante limitar el número de tarjetas de crédito y cómo esto puede ayudarte a administrar tus finanzas de manera más eficiente.
Limita tus opciones: ¿Por qué tener más de dos tarjetas de crédito puede ser un riesgo?
En España, es común que las personas lleven encima tres o más tarjetas bancarias, una práctica que no es muy recomendable según los expertos. De hecho, estos sugieren que lo más indicado es tener dos tarjetas: una de débito y otra de crédito. Con estas dos opciones, será suficiente para poder realizar las compras necesarias, lo que facilitará tener un mayor control de las tarjetas y de las finanzas, reduciendo las posibilidades de caer en el endeudamiento.
Tener una sola tarjeta de crédito es más que suficiente, siendo preferible disponer de una de débito para las compras del día a día. Estas últimas tienen una gran cantidad de ventajas con respecto a las primeras en cuanto a seguros para un uso diario, además de que tienen la ventaja adicional de que no prestan dinero, de forma que se evita gastar el dinero que no se tiene.
Disponer de más de una tarjeta supone un gasto para el usuario, pues pocas de ellas son realmente a coste cero. En la mayoría de los casos, habrá que pagar por su mantenimiento y emisión, lo que aumenta las posibilidades de gastar más dinero. Tener un mayor número de tarjetas invita a gastar de más, y es por ello por lo que se llega a deducir que, menos tarjetas, suponen menos endeudamiento.
Cómo utilizar bien las tarjetas de crédito
En España, falta educación financiera que permita saber cómo sacar partido a las tarjetas de crédito y capacidad para controlarse. No solo es suficiente tener claro su funcionamiento y cuándo se debe usar, sino que también es importante controlar el factor psicológico que puede llevar a tener un impulso de consumir más.
Para usar una tarjeta de crédito de forma segura, se recomienda asegurarse de que no está activada en modo revolving, pues en la mayoría de los casos, por defecto, se activan bajo esta modalidad de pagos mes a mes, que es la que ofrece una mayor comodidad para gastar más dinero, pero al mismo tiempo hace que se paguen más intereses. Por lo tanto, lo más aconsejable es que, antes de usar la tarjeta, se solicite que se cambie la forma de pago a “mes vencido”, de manera que a final de cada mes se abone todo lo gastado.
El principal beneficio que tienen las tarjetas de crédito son los seguros que incluyen, que pueden ser interesantes a la hora de contratar un viaje, puesto que, en este tipo de casos, la tarjeta incluye un seguro de viaje propio. Asimismo, conviene buscar tarjetas bancarias que no tengan coste de emisión ni mantenimiento, y no caer en el engaño que en muchas ocasiones suponen los descuentos en tiendas y otras ventajas asociadas a su contratación, pues no dejan de ser estrategias para que se use la tarjeta en mayor medida, fomentando así el gasto efectuado con las mismas.
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