- La economía española destaca en la UE gracias a la industria, el turismo y la inmigración
- La industria española: la clave del crecimiento económico en la UE
- La menor dependencia del mercado chino y la reconfiguración de las cadenas de suministro
- La crisis del automóvil y la demanda de medidas urgentes
- Un nuevo pacto europeo para la industria
La economía española destaca en la UE gracias a la industria, el turismo y la inmigración
En un contexto de incertidumbre económica a nivel global, la economía española se erige como uno de los motores económicos más destacados de la Unión Europea. Según los últimos informes, el crecimiento económico español se debe en gran medida al aumento de la producción industrial, que ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos trimestres. Además, el turismo sigue siendo uno de los sectores más boyantes de la economía española, atrayendo a millones de visitantes cada año y generando importantes ingresos para el país. Por otro lado, la inmigración también ha jugado un papel fundamental en el crecimiento económico, aportando mano de obra y talento a sectores clave como la agricultura y los servicios.
La industria española: la clave del crecimiento económico en la UE
La industria española ha demostrado ser más resistente a la crisis inflacionaria y energética que la de otras grandes economías del entorno, como la alemana. Según el último informe trimestral del Banco de España, la industria española ha logrado mejorar su eficiencia tras la pandemia, empleando menos energía para producir y reducir su dependencia energética del exterior.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó que el PIB avanzó un 0.8% en el segundo trimestre en relación con el primero, cuatro veces más que la media de la Eurozona. La industria española ha sido capaz de mejorar su competitividad en términos de costes energéticos con respecto a los países del Centro de Europa, gracias a su posición energética, su acceso a renovables y el precio de la energía más barato que en el resto de Europa.
La menor dependencia del mercado chino y la reconfiguración de las cadenas de suministro
Otro factor clave en el buen desempeño de la industria española es su menor dependencia del mercado chino. España tiene superávit en los intercambios con el resto de la UE, frente al déficit de Francia, la reducción del superávit muy fuerte de Italia y el menor saldo positivo de Alemania. Además, la reconfiguración de las cadenas de suministro tras los cuellos de botella que se generaron en el desconfinamiento ha beneficiado a la industria europea en algunos sectores, como el farmacéutico.
La crisis del automóvil y la demanda de medidas urgentes
La industria automotriz es un sector clave en la región, que aporta alrededor del 8% al PIB del conjunto y da empleo a 13 millones de personas. Sin embargo, la cuota de mercado de los coches eléctricos de batería en la Unión Europea ha caído continuamente, lo que ha llevado a la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) a exigir medidas urgentes.
La posible mantenimiento de los aranceles a los coches eléctricos chinos de aquí a cinco años ha generado preocupación en el sector, ya que España, como Alemania, Hungría o Suecia, se opone a mantener estos aranceles. La industria automotriz española representa el 10% de la economía y proporciona cerca de 2 millones de puestos de trabajo.
Un nuevo pacto europeo para la industria
Este debate no se ciñe a Europa. A nivel interno, los sindicatos CC.OO. y UGT han pedido consensuar una normativa que permita fijar una política fuerte en este ámbito. El Gobierno español pretende sacar adelante la Ley de Industria y Autonomía Estratégica, reforma comprometida en el componente 12 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, para reformar el texto vigente desde 1992.
Esta ley permitiría adaptar la industria al marco jurídico europeo y contribuir a la meta de reforzar la competitividad y la autonomía estratégica de la región, así como tratar de recuperar la inversión. El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, defendió la necesidad de un entorno de competencia justo, donde los productos fabricados bajo estrictas normativas medioambientales no queden en desventaja frente a los importados de países con requisitos menos rigurosos.
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