Un jugador de los Rockets renuncia a la NBA para seguir su vocación religiosa

Un jugador de los Rockets renuncia a la NBA para seguir su vocación religiosa

En un sorprendente giro de eventos, un jugador de los Houston Rockets ha decidido dejar atrás su carrera en la NBA para seguir su vocación religiosa. Esta noticia ha generado gran conmoción en el mundo del baloncesto, donde la figura en cuestión era considerada una de las más prometedoras del equipo. La decisión del jugador ha sido calificada de inesperada y valiente, ya que implica renunciar a un contrato millonario y a la fama que conlleva ser un profesional de la NBA. Sin embargo, según fuentes cercanas al jugador, la llamada de la fe ha sido más fuerte y ha decidido seguir su corazón, lo que ha generado un gran debate en torno a la relación entre el deporte y la religión.

Un exjugador de los Rockets renuncia a la NBA para seguir su vocación religiosa

El alero AJ Griffin, promesa de los Rockets de 21 años, ha decidido dar un giro drástico a su vida y renunciar al sueño de la NBA para seguir a Dios. El estadounidense ha roto su contrato con la franquicia de Houston, una noticia que ya se rumoreaba en las últimas semanas, y ha explicado sus motivos para tomar esta decisión.

He dejado el baloncesto para seguir a Jesús. Todo esto comenzó en 2020 cuando Cristo entró en mi vida. El baloncesto era mi pasión, mi razón de vivir, pero cuando encontré a Dios me mostró que todos estamos hechos para glorificarle, que todos tenemos una misión que nos ha confiado, afirma en un vídeo de YouTube.

Así, el joven deportista pone fin, al menos momentáneamente, a su carrera en la NBA. Una trayectoria que arrancó en 2022 cuando fue elegido en el puesto 16 del draft por los Hawks. En su primera temporada en la NBA promedió 8,9 puntos con un 39% en triples y 19,5 minutos en pista a lo largo de 72 encuentros. En la siguiente sus estadísticas bajaron, disputando 8,6 minutos en 20 partidos y 2,4 puntos con un 25,6% desde el arco.

Durante todo ese tiempo, AJ Griffin pasó por varias lesiones e incluso decidió tomarse un descanso por razones personales. A su vuelta, aseguró: Me alegro de estar de vuelta. Ha sido genial que el equipo me pudiera apoyar durante este tiempo. Quiero ser breve y no revelar todo.

Ahora, ya con su drástica decisión tomada, afirma: Dejar el baloncesto me permite dedicarme a la Iglesia a tiempo completo y a servir a Dios con todo mi corazón. Puede que a los ojos de mucha gente esto pueda ser una derrota, pero quiero que todos sepáis que estoy muy emocionado.

AJ, que iba a cobrar este año 3,6 millones de dólares, fue nombrado mejor jugador de instituto del estado de Nueva York. Tenía por delante un futuro prometedor. Aún no había debutado en temporada regular con los Rockets, franquicia a la que llegó en verano, pero ahora pone fin a su carrera para atender a la llamada de Dios.

Con esta decisión, Griffin se une a la lista de deportistas que han abandonado su carrera profesional para dedicarse a la religión, un camino que no es común en el mundo del deporte.