Jesús Calleja se siente abrumado por una multitud de fans excesivamente apasionadas: Me siento prisionero
El conocido aventurero y presentador de televisión, Jesús Calleja, ha revelado recientemente que se siente abrumado por una gran cantidad de fans excesivamente apasionadas. En una entrevista reciente, Calleja confesó que la atención constante de sus seguidores le hace sentirse como si estuviera en una especie de cárcel emocional, donde no puede disfrutar de su privacidad ni llevar una vida normal. Me siento prisionero, fueron las palabras exactas del aventurero, quien ha pedido a sus seguidores que respeten su espacio personal.
Jesús Calleja se siente prisionero de fans en Lagunas de Ruidera
El presentador y viajero Jesús Calleja, conocido por sus aventuras en los lugares más recónditos del planeta, ha vivido una experiencia inesperada en la comarca de Campo de Montiel, en Ciudad Real. A pesar de haber estado en la cima del Everest y en las selvas más peligrosas, nada lo preparó para el asedio de un grupo de fans en las Lagunas de Ruidera.
La asignatura que más me gustaba de niño era la geografía, me gustaba tanto que definió mi vida. Me he dedicado a viajar por el mundo y cuando hablaban de accidentes geográficos por España, el profesor habló de las Lagunas de Ruidera y me quedé enganchado, me dije a mí mismo: 'yo tengo que ir ahí'. Era el lugar de España que más me apetecía ir, he tenido la fortuna de venir en helicóptero pilotando, decía el presentador.
El equipo de grabación del programa Volando Voy capturó el momento en que un grupo de señoras, que se encontraban de excursión en el lugar, abordaron a Calleja para hacerse fotos con él, sin importarle su deseo de continuar con la grabación del programa.
En el divertido vídeo, se puede ver cómo las señoras le rodean, zarandeándolo, mientras el presentador trata de zafarse y salir de la marea humana que le ha rodeado. Estoy rodando un programa, habéis hecho una barrera y no podemos rodar. ¡Estoy atrapado ahora mismo, déjenme salir, soltadme!, dice Calleja tratando de escapar.
Finalmente, tras conseguir salir del círculo que lo había engullido, el presentador se despidió con un se os quiere mucho, antes de intentar continuar con la grabación del programa.
La experiencia, aunque divertida, dejó claro que incluso el más experimentado de los viajeros puede sentirse abrumado por la pasión de sus fans.
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