La herencia de 250.000 dólares se convirtió en un despilfarrador: No recibí educación financiera para manejar el dinero

La herencia de 250.000 dólares se convirtió en un despilfarrador: No recibí educación financiera para manejar el dinero

Recibir una herencia sustancial puede ser un regalo inesperado para muchos, pero también puede ser una carga pesada si no se tiene la educación financiera adecuada para manejarla. Esto fue lo que le sucedió a una persona que recibió una herencia de 250.000 dólares, pero que, en lugar de invertirla sabiamente, la convirtió en un despilfarrador que la llevó a la quiebra. En este artículo, exploraremos la historia de cómo esta persona perdió la oportunidad de asegurar su futuro financiero debido a la falta de conocimientos financieros y qué lecciones podemos aprender de esta experiencia.

La herencia de dólares que se convirtió en un despilfarrador: la historia de Sarah Faith Jacobsen

Hay personas que, de repente, se encuentran con una gran cantidad de dinero que no esperaban y, como consecuencia, no saben qué hacer con ello. Pasa en concursos, por ejemplo, donde los ganadores se ven de un momento a otro con miles e incluso millones de euros más de lo habitual, pero también ocurre en casos de herencia, como le pasó a Sarah Faith Jacobsen, una estadounidense que, sin esperárselo, recibió una herencia de 250.000 dólares de su abuela.

Tan inesperado fue ese ingreso que no sabía cómo administrarlo. En el momento en el que esto ocurrió, en el año 2021, Jacobsen era una trabajadora normal. Se desempeñaba como consultora de lactancia en Colorado y el sueldo, de acuerdo a lo que dijo en varias entrevistas, no era suficiente ni para cubrir su alquiler, razón por la que en ese sentido dependía de su familia.

De la pobreza a la riqueza

Así, cuando en un primer momento le ingresaron 175.000 dólares, unos 156.000 euros, en su cuenta bancaria procedentes de la póliza de seguro de vida de su abuela, esto supusieron buenas noticias. Además, eso no era todo, si no que en varios plazos recibió un total de 75.000 dólares más del testamento.

De cobrar un sueldo insuficiente para pagar el alquiler, Sarah Faith Jacobsen pasó a tener más de 200.000 dólares en su cuenta, cambiando su situación de manera radical. En esa circunstancia, lo lógico hubiese sido contactar con un asesor financiero para utilizar de manera correcta la herencia, algo que hizo en un primer momento.

Falta de educación financiera y gastos excesivos

Ahora bien, a pesar de tomar la decisión correcta al inicio, la protagonista acabó dejando a su asesora y gestionando ella misma el dinero. El resultado, como se podía esperar, no fue bueno. La dejé -a la asesora- por mis creencias acerca del dinero y me gasté la herencia bastante rápido, declaró Jacobsen en una entrevista con Business Insider.

Además, dejó una frase con la que se podría definir todo este problema: Soy una chica de gusto de champán con un presupuesto de cerveza. Así, con el dinero que le llegó de su abuela, decidió hacerse un viaje en carretera para ver lugares a los que se quería mudarse, gastándose la mayoría del dinero en ello.

Se gastó la mayoría, pero no todo, ya que reaccionó a tiempo y se dio cuenta de que estaba desperdiciándolo, razón por la que volvió a contactar con la asesora financiera del principio para, esta vez sí, administrar el dinero que aún tenía de manera correcta.

Una historia de reflexión

Sumado a esto, ella misma se dio cuenta de algunos problemas que tenía que le habían llevado a gastar de esa forma, por lo que consiguió salvar la situación. En la entrevista con Business Insider, Sarah Faith Jacobsen contó que en su familia no había habido problemas de dinero, por lo que cuando era más pequeña no tenía que pagar nada.

Afirma que tuvo esos problemas con el dinero porque nunca recibí una educación financiera, algo de lo que en la actualidad se quejan muchas personas. La falta de educación aplicada al dinero es un problema que muchos han expresado, ya que, cuando los jóvenes crecen, muchos no saben gestionar su propio dinero.

Así es la historia de Sarah Faith Jacobsen, una estadounidense que aprendió a valorar el dinero después de desperdiciar una gran cantidad de él. Su historia es un ejemplo para aquellos que se ven de repente con una cantidad de dinero que no esperaban y no saben qué hacer con ella.