- Las regiones de la UE, atrapadas entre la financiación y el silencio: ¿por qué gestionan enormes cantidades de fondos y, a la vez, tienen tan poca influencia en la toma de decisiones?
- La voz de las regiones, un eco lejano en la UE
- ¿Por qué las regiones gestionan fondos, pero no tienen influencia en las decisiones?
- Las regiones europeas, atrapadas entre la financiación y el silencio
- La UE, un marco para las regiones, pero ¿cuál es su papel en la toma de decisiones?
Las regiones de la UE, atrapadas entre la financiación y el silencio: ¿por qué gestionan enormes cantidades de fondos y, a la vez, tienen tan poca influencia en la toma de decisiones?
En el seno de la Unión Europea, las regiones se encuentran en una situación paradójica. Por un lado, gestionan enormes cantidades de fondos destinados a financiar proyectos y políticas que beneficien a sus ciudadanos. Sin embargo, a pesar de este poder económico, tienen tan poca influencia en la toma de decisiones que afectan directamente a sus intereses y necesidades. Esta disparidad entre la financiación y la influencia política es un tema que ha generado debate y preocupación entre los líderes regionales y los expertos en políticas públicas. En este artículo, exploraremos las razones detrás de esta situación y las posibles soluciones para cambiar este estado de cosas.
La voz de las regiones, un eco lejano en la UE
Cuando pensamos en la Unión Europea, pensamos en Berlín, París, Madrid o Lisboa. Pero la UE también es Castilla y León, Baviera, Véneto o Flandes. Es decir, la Unión son las grandes capitales, los países, los Estados miembros. y las regiones. De hecho, estas últimas gestionan un volumen importante de fondos, pero al mismo tiempo tienen una voz escasa en el día a día y su voto pesa realmente poco cuando se trata de tomar decisiones.
¿Por qué las regiones gestionan fondos, pero no tienen influencia en las decisiones?
La realidad es que las regiones no están al nivel que muchas veces piden. La Unión Europea está representada por los países, los Estados miembros y las regiones. Sin embargo, las regiones solo tienen un papel consultivo en la toma de decisiones.
Las regiones europeas, atrapadas entre la financiación y el silencio
El Comité de las Regiones, que tiene su sede en Bruselas, representa a los entes locales y regionales de toda la Unión Europea y asesora sobre las leyes nuevas que tienen un impacto sobre las regiones y las ciudades. Sin embargo, solo es un órgano consultivo y no participa de la toma de decisiones.
El Comité de las Regiones está integrado por 329 miembros y 329 suplentes procedentes de todos los países de la UE, elegidos a nivel local o regional, como alcaldes o presidentes de una región. Se reúnen en Bruselas seis veces al año para debatir dictámenes sobre la propuesta legislativa y acordar resoluciones para medidas adicionales que la UE pueda tomar.
La UE, un marco para las regiones, pero ¿cuál es su papel en la toma de decisiones?
Las regiones y ciudades europeas experimentan a diario lo que significa estar en el continente que más rápido se calienta de la Tierra. La crisis climática afecta a Europa de forma desigual, y las regiones y ciudades canalizan el 50% de la inversión pública y son responsables del 30% del gasto público.
El Fondo de Cohesión, creado con el objetivo de reforzar la cohesión económica, social y territorial de la Unión con vistas a fomentar el desarrollo sostenible, es un pilar clave para las regiones y las ciudades europeas.
Sin embargo, no es para todos los países, ya que está reservado a los Estados miembros cuya renta nacional bruta per cápita no supere el 90% de la renta nacional bruta media de la Unión.
La Unión Europea asignará 42.600 millones de euros al Fondo de Cohesión para el período 2021-2027, incluidos 10.000 millones para el mecanismo llamado Conectar Europa, un programa financiado por la Unión con el objetivo de impulsar el desarrollo de una infraestructura transeuropea en ámbitos como el transporte, la energía y los servicios digitales.
Las regiones y ciudades piden que el próximo presupuesto plurianual de la UE tenga mucho más en cuenta la dimensión local y que los nuevos programas de financiación de la UE posteriores a 2027 apliquen plenamente el principio de no perjudicar la cohesión.
La vivienda también es una prioridad clave, abogando por un plan europeo para la vivienda asequible que garantice viviendas accesibles y sostenibles, reforzando la cohesión social en toda la Unión.
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