En un contexto económico complejo, donde la crisis europea ha generado incertidumbre y desafíos para las empresas, la resiliencia y el espíritu empresarial de las compañías nacionales han permitido mantener un nivel de exportaciones estable. A pesar de las dificultades, el bajo costo energético en nuestro país ha sido un factor clave para mantener la competitividad en el mercado internacional. Esta combinación de factores ha permitido que las empresas continúen generando divisas y contribuyendo al crecimiento económico, lo que es un alivio para la economía nacional en momentos de gran incertidumbre.
El espíritu empresarial español y el bajo costo energético propician un crecimiento de exportaciones sin precedentes
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, destacó durante una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que, a pesar de la incertidumbre global y la debilidad económica de los principales socios comerciales de España, las exportaciones españolas han logrado un crecimiento sin precedentes.
Un contexto complejo
En un panorama marcado por los tipos de interés aún elevados, la incertidumbre geopolítica y la debilidad económica de Alemania, Francia e Italia, las exportaciones españolas han demostrado una gran resistencia. Entre enero y agosto, las ventas al exterior apenas se redujeron un 0,5%, alcanzando un volumen de 255.209 millones de euros, frente al descenso del 3,3% y del 2,5% en la Eurozona y en el conjunto de la Unión Europea, respectivamente.
La industria nacional, pilar del crecimiento
La mayor resistencia de la industria nacional, pese a la debilidad de la inversión, y los menores costes energéticos que España está teniendo que afrontar en relación con sus homólogas europeas, estarían detrás de este mejor desempeño. Los datos del ministerio de Industria, Comercio y Empresa confirman que el déficit comercial español se redujo hasta agosto un 7,6% con respecto al año anterior, situándose en 23.799 millones de euros.
Un déficit comercial en descenso
Este déficit se explica porque las importaciones fueron mucho mayores que las exportaciones, alcanzando los 279.008 millones tras reducirse un 1,2% interanual. Sin embargo, la tasa de cobertura (del porcentaje de las importaciones que está cubierto con las exportaciones) aumentó un 91,5%, seis décimas superior al del ejercicio previo.
La industria española, ejemplo de eficiencia
Los datos de comercio exterior reflejan que las empresas españolas están sorteando mejor un panorama altamente complejo. Recientemente, el Banco de España apuntaba a que la industria española ha sido capaz de mejorar su eficiencia tras la pandemia, empleando menos energía para producir, a la vez que ha logrado rebajar también su dependencia energética del exterior, lo que la habría situado en una posición de cierta ventaja en relación con la del resto de Europa.
Un crecimiento consecutivo
La industria española encadenó el pasado septiembre ocho meses consecutivos de crecimiento de la actividad en plena crisis del sector manufacturero en la Eurozona, con Alemania -la potencia industrial de la región- a la cabeza. La mejora vino dada de un mayor tirón de la producción y de los pedidos, que permitió además a las empresas elevar las contrataciones y afrontar con algo más de optimismo el futuro, según el índice PMI S&P Global, publicado recientemente por el Hamburg Commercial Bank (HCOB).
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