La pasión por el fútbol trasciende las fronteras sociales: también las antiguas fortunas disfrutan del juego más popular del mundo

La pasión por el fútbol trasciende las fronteras sociales: también las antiguas fortunas disfrutan del juego más popular del mundo

La pasión por el fútbol es un fenómeno que trasciende las fronteras sociales, uniendo a personas de todas las edades, géneros y estratos sociales en torno a un objetivo común: disfrutar del juego más popular del mundo. A lo largo de la historia, se ha pensado que la afición al fútbol era patrimonio exclusivo de las clases populares, sin embargo, una nueva tendencia está revolucionando este estereotipo. Las antiguas fortunas, aquellos que han acumulado riqueza y poder a lo largo de los años, también están descubriendo la emoción de disfrutar del fútbol, demostrando que la pasión por el deporte rey no tiene límites sociales ni económicos.

La pasión por el fútbol trasciende fronteras: incluso las antiguas fortunas del lujo se unen al juego

El dinero viejo también apuesta por el fútbol. Tras la entrada en las últimas décadas de oligarcas rusos y jeques árabes, además de self-made-men del negocio digital o el entretenimiento, las fortunas con más solera en la Vieja Europa también han decidido apostar parte de su fortuna en el deporte rey.

El dinero viejo también apuesta por el fútbol: Louis Vuitton y otros líderes del lujo se suman al patrocinio

La familia Arnault, dueña de Louis Vuitton y otros conglomerados de lujo, se han unido al mundo del deporte. La sociedad Agache, controlada por la familia, acaba de hacerse con uno de los clubes de la segunda división francesa de fútbol: Paris FC.

Impulsada por Antoine Arnault y Frédéric Arnault, directivos de LVMH y dos de los hijos de Bernard Arnault (hombre más rico del mundo según el último ránking de la revista Forbes), la operación permitirá que la sociedad Agache adquiera el 55% del equipo francés en asociación con Red Bull, que se hará con otro 15%. Pierre Ferracci, presidente del Paris FC y accionista mayoritario del club, permanecerá con un 30% del capital.

La familia Arnault, dueña de Louis Vuitton, adquiere el % del Paris FC

Antoine Arnault, director de comunicación e imagen de LVMH y gran aficionado al fútbol, y su hermano Frédéric, consejero delegado de LVMH Watches y director general de Agache, orquestaron la operación, que pone a una nueva familia de millonarios en el tablero del deporte rey.

El morbo de la operación no sólo está en que el Paris FC de los dueños de Louis Vuitton y Moet Chandon se podría ver las caras, de subir a la Ligue 1, con el PSG de los petrodólares de Qatar Sports Investments y Nasser Al-Khelaifi. En la primera división francesa también juega la otra gran familia del lujo y rival acérrimo de los Arnault: el Stade Rennais de la Bretaña, es está controlado por desde 1998 por François Pinault, propietario de Kering, el segundo conglomerado francés de marcas de lujo.

El lujo en el terrén de fútbol: LVMH y otros conglomerados de lujo se unen al mundo del deporte

Los nombres más ilustres del lujo francés se suman a los múltiples apellidos de oro que en los últimos años han recalado en el deporte. Mansour bin Zayed, miembro de la familia real de los Emiratos Árabes Unidos, es el propietario de City Football Group, uno de los mayores conglomerados de equipos de fútbol.

Este controla Manchester City FC y, desde 2013, ha ido ampliando su pool de clubes hasta controlar New York City FC, el club australiano Melbourne City FC y el equipo japonés Yokohama Marinos en 2014; el uruguayo Montevideo City Torque en 2017, año en el que también se unió el club catalán Girona FC y la entidad china Sichuan Jiuniu FC, en 2019.

En febrero de 2024, el magnate británico y propietario de Ineos, Jim Ratcliffeos, se hizo con el 25% de Manchester United FC a cambio de 300 millones de libras. A finales de septiembre, el Grupo Friedkin, propiedad del empresario Dan Friedkin y que ya tenía a AS Roma, de la Serie A, bajo su poder, adquirió Everton FC, después de llegar a un acuerdo con Farhad Moshiri.

John Textor es otro de los empresarios que ha ido aumentando su presencia en el panorama futbolístico. Eagle Football Holdings, dirigida por Textor, culminó la compra de Olympique de Lyon por 317 millones de euros en 2022. Al club de la Ligue 1, se le suman bajo el pool de la compañía el Botafogo brasileño, el Crystal Palace inglés y el RWD Molenbeek belga.

En España hay varios clubes que están bajo el control de grandes fortunas. La más destacada, la del empresario mexicano Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del planeta, que es máximo accionista de Real Oviedo desde 2012.

Desde 2014, Valencia CF es propiedad del empresario de Singapur Peter Lim, que se hizo con el 70% del conjunto ché por alrededor de 320 millones de euros. Por su parte, la familia Roig controla el 98,79% de Villarreal CF.

El lujo, también en el patrocinio

Rolex marcando la hora en los Grand Slam de tenis, Festina rodando con un equipo propio en las grandes rondas ciclistas o Tissot dictando los segundos restantes de posesión en la NBA. La historia del negocio del lujo con el deporte viene de lejos y ha sido sobre todo en la relojería donde se ha materializado de forma más evidente.

Pero en los últimos meses el número 1 del sector, LVMH (propietario de Louis Vuitton, Moet Chandon o Sephora), ha encadenado varias jugadas sin precedentes en varios deportes. Juegos Olímpicos, fútbol e incluso motor están ahora en el foco de la nueva estrategia de posicionamiento del conglomerado.

La vela es donde LVMH tiene una mayor tradición. Con el viaje como elemento esencial de la marca Louis Vuitton, esta apoya desde 1983 la Copa América (en la que fue la primera asociación deportiva de la historia de la marca) y fue title partner de la competición hasta 2017, cuando presentó un baúl trofeo a medida. En 2023, la marca firmó un nuevo acuerdo para dar el naming a la edición 37 de la competición, que se celebra hasta el próximo 27 de octubre en Barcelona.

Sin embargo, la apuesta de Louis Vuitton por el deporte ha salido este año de los escenarios tradicionales del lujo (como golf, vela o tenis). La celebración de unos Juegos Olímpicos en casa fueron la ocasión para que Louis Vuitton se volcara con el deporte, con un patrocinio que permitió que, primero, la antorcha olímpica llegara al puerto de Marsella en un suntuoso baúl de la marca.

Louis Vuitton también se hizo cargo del visible estuche de las medallas olímpicas y otra marca del grupo, la firma de joyería Chaumet, creó las propias insignias que colgaron del cuello de los ganadores de cada competición. Moët Chandon y Hennessy para los invitados en las ceremonias o zapatos Berluti para el equipo francés en la ceremonia de apertura fueron otras de las acciones promovidas por LVMH en el marco de su acuerdo con el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, cuyo importe ascendió a unos 150 millones de euros, además de los costes de activación.

El motor es otro campo del deporte donde solo habían llegado los relojes de lujo y que, ahora, es territorio LVMH. El pasado septiembre, el grupo suscribió un acuerdo de patrocinio mundial con la Fórmula 1 por un periodo de diez años.

Como parte del acuerdo, firmas del grupo como Louis Vuitton, Moët Hennessy o Tag Heuer serán partícipes en la asociación, que comenzará en 2025 y cuyos detalles se darán a conocer en próximos meses. Desde los últimos años, el grupo francés ya había estrechado su relación con el motor en diferentes iniciativas. Louis Vuitton ha sido por ejemplo la encargada de crear una vitrina de trofeos para el Gran Premio de Mónaco desde 2021, además la firma Berluti es la patrocinadora oficial del piloto francés Pierre Gasly, mientras que Dior anunció en julio que el piloto británico Lewis Hamilton pasaba a ser embajador de la firma. Por su parte, Tag Heuer ha sido el cronometrador oficial de la escudería Red Bull Racing.