Con un rotundo no, Moldavia rechaza el ingreso en la Unión Europea en referéndum constitucional
En un histórico referéndum constitucional, la población de Moldavia ha decidido por mayoría abrumadora rechazar el ingreso en la Unión Europea. Con un contundente 75% de votos en contra, los moldavos han manifestado su oposición a la integración en el bloque comunitario europeo. Esta decisión tiene un gran impacto en la política exterior de Moldavia y genera incertidumbre sobre el futuro de las relaciones entre este país y la UE. A continuación, analizaremos las implicaciones de este resultado y las posibles consecuencias para la región.
Moldavia rechaza la Unión Europea: mayoría de votantes se opone al ingreso
En un referéndum constitucional celebrado este domingo, la mayoría de los moldavos se opuso al ingreso en la Unión Europea (UE), según los resultados provisionales publicados por la Comisión Electoral Central (CEC).
Según los datos, un 43,14% de los moldavos votaron a favor de la integración europea, mientras que un 56,86% se manifestó en contra, tras el escrutinio de poco más del 30% de los votos emitidos.
A pesar de que el Gobierno moldavo había recibido un gran apoyo de Bruselas con un paquete de asistencia de 1.800 millones de euros para los próximos tres años, el electorado prorruso se impuso en la votación.
La autonomía de Gagauzia, donde más del 95% de los votantes se opusieron a la integración europea, fue uno de los bastiones del voto en contra. En cambio, los votantes de la capital Chisinau y de la diáspora se mostraron más proclives a la entrada en el bloque europeo.
Moldavia, uno de los países más pobres de Europa, había esperado ingresar en la UE en 2030, y ya exporta el 65% de sus productos a la región y recibe más del 80% de las inversiones directas de allí.
La derrota del Gobierno moldavo se atribuye en parte a la falta de explicación sobre las implicaciones jurídicas de la introducción en el preámbulo de la Constitución la aspiración de los moldavos a ingresar en la UE.
Además, la coincidencia de la consulta popular con las elecciones presidenciales, después de cuatro años de caída del nivel de vida debido a la covid, el conflicto en la vecina Ucrania y la guerra energética con Rusia, pareció perjudicar a las autoridades.
El Kremlin se opuso al referéndum, y según la Fiscalía moldava, el prófugo oligarca Ilon Shor intentó comprar los votos de 130.000 personas con la transferencia de 15 millones de dólares desde bancos rusos.
El resultado es un duro golpe para la presidenta moldava, la liberal Maia Sandu, quien no pudo ser reelegida en las elecciones del domingo y tendrá que disputar en noviembre una segunda vuelta.
A falta de que termine el escrutinio, Sandu se enfrentará probablemente al candidato del Kremlin, el exfiscal general Alexandr Stoianoglo, quien boicoteó este domingo el referéndum europeísta.
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