- Tasa al queroseno y emisiones de CO2 pueden generar un aumento en los precios de los vuelos, mientras el transporte aéreo registra un récord de pasajeros
- Tasa al queroseno y emisiones de CO2 pueden subir precios de los vuelos
- Aumento de pasajeros, pero precio de los billetes podría subir
- Impacto en el precio del billete
- Nueva regulación sobre el mercado de derechos de emisión de CO2
- Consecuencias en el turismo
- Otros retos para el sector aéreo
Tasa al queroseno y emisiones de CO2 pueden generar un aumento en los precios de los vuelos, mientras el transporte aéreo registra un récord de pasajeros
La industria del transporte aéreo se enfrenta a un doble desafío en la actualidad. Por un lado, el número de pasajeros ha alcanzado un récord histórico, lo que supone un gran éxito para las aerolíneas y los aeropuertos. Sin embargo, por otro lado, la implementación de una tasa al queroseno y el aumento de las emisiones de CO2 podrían generar un aumento significativo en los precios de los vuelos. Esta situación podría afectar la demanda de viajes aéreos y, a su vez, impactar negativamente en la economía. En este sentido, es fundamental que las autoridades y las aerolíneas busquen soluciones para mitigar el impacto de estas medidas y mantener la accesibilidad de los vuelos para los pasajeros.
Tasa al queroseno y emisiones de CO2 pueden subir precios de los vuelos
El precio de los billetes de avión podría subir en los próximos años debido al coste que tendrá para las aerolíneas dos nuevas regulaciones. Una ya real que a partir de 2027 eliminará la cuota gratuita y les hará pagar por todas sus emisiones de CO2, y otra en ciernes, una nueva tasa sobre el queroseno que negocia desde hace años la UE.
La Asociación de Líneas Aéreas (ALA) ha lanzado esta advertencia durante la presentación del balance de la temporada de verano que acaba de terminar con un 8,4% más de pasajeros que el verano pasado, en una tendencia al alza que previsiblemente continuará en la de invierno.
Aumento de pasajeros, pero precio de los billetes podría subir
El presidente de la ALA, Javier Gándara, ha subrayado que si se fija un nuevo impuesto al queroseno, 4,5 millones de turistas internacionales dejarán de venir a España en 2030 y se irán a otro destino competidor de fuera de la UE, como Egipto, Turquía o Marruecos, donde no pagan la tasa.
El sector intenta desde hace años que no se materialice una tasa y el año pasado la ALA pidió al Gobierno y a otros países de la UE que vetaran una regulación para la que se requiere unanimidad en Bruselas.
Impacto en el precio del billete
El presidente de la ALA ha insistido en evitar la imposición de este impuesto porque tendría un efecto desproporcionado sobre el turismo y la conectividad en España.
Gándara no ha dado cifras exactas de cuánto podrían subir los precios de los billetes de avión, pero ha apuntado que hay otra cuestión que también encarecerá sus costes.
Nueva regulación sobre el mercado de derechos de emisión de CO2
A partir de 2027 entrará en vigor la nueva regulación sobre el mercado de derechos de emisión de CO2 que, por una parte, empezará a obligar también a otros sectores, como el transporte marítimo y por carretera, pero por otra parte, eliminará la cuota gratuita de emisiones que existía hasta ahora para el transporte aéreo.
El año pasado, el transporte aéreo pagó 3.000 millones de euros solo por emitir por encima de la cuota gratuita.
Consecuencias en el turismo
El eventual encarecimiento de los billetes de avión y sus consecuencias sobre la llegada de turistas desde otros países de la UE se cierne sobre un sector que, de momento, sigue mejorando sus cifras anualmente.
Gándara ha dicho que de momento no detecta efectos negativos de los movimientos en contra del turismo masivo en grandes ciudades y polos turísticos, que Gándara ha relacionado más con problemas de vivienda que con la actividad del turismo en sí misma.
Otros retos para el sector aéreo
El sector aéreo tiene ante sí otros dos retos y para afrontarlos pide ayuda, bien a otros países, bien al propio Gobierno español.
El primero tiene que ver con los retrasos y cancelaciones de vuelos en España debido a situaciones que se dan en otros países y principalmente en Francia.
El segundo reto tiene que ver con una nueva normativa y con una ventaja competitiva que podría malgastarse. El año que viene empezará la primera de las obligaciones para que las compañías aéreas empiecen a mezclar en sus aviones combustibles fósiles con combustibles renovables para aviación, los denominados SAF.
La ALA considera que es ahora el momento en el que el Gobierno debe incentivar con subvenciones o ayudas fiscales el potencial de convertirse en una referencia global en producción de SAF, con la posibilidad de construir más de 30 plantas que tendrían un impacto de entre 13.300 y 43.000 millones de euros en el PIB.
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