En el corazón de La Alcarria se encuentra un increíble museo que despierta la curiosidad y asombro de sus visitantes. Entre sus colecciones destacan cuadros minúsculos pintados en granos de arroz y cabezas reducidas, piezas únicas que cautivan por su singularidad y detalle. Este museo, con su colección extraordinaria, se erige como un testimonio de la diversidad y creatividad humana. Los visitantes se sumergen en un mundo fascinante donde el arte y la historia se entrelazan de manera excepcional, invitándolos a adentrarse en un universo de maravillas inesperadas. Sin duda, esta joya cultural situada en La Alcarria se convierte en un destino imperdible para los amantes del arte y la curiosidad.
El fascinante Museo de Miniaturas Profesor Max en Brihuega
En el corazón de La Alcarria, Brihuega (Guadalajara) acumula curiosidades únicas que la historia ha ido legando al municipio, declarado Conjunto Monumental Histórico-Artístico en 1973. El Castillo sobre la Roca, “Castrum Brioca”, fue el primer nombre ya como importante núcleo de población en la Edad Media. En el Castillo de Piedra Bermeja, de tiempos musulmanes, vivió el rey Alfonso VI de Castilla, quien después donaría la villa a la mitra toledana. Comienza así el máximo esplendor monumental de la villa. La localidad alcarreña de Brihuega fue un importante núcleo de población durante la Edad Media. Si bien los restos de la Iglesia de San Simón muestran que el mudéjar pasó por allí, son las tres iglesias del siglo XIII sus principales monumentos religiosos: la bellísima San Felipe, la Iglesia de Santa María y la peculiar Iglesia de la Peña, dentro del recinto del castillo. De aquella primera fortificación quedan las murallas y dos de las principales entradas, el Arco del Corazón hacia Toledo y la Puerta de la Cadena.
Singular resulta también la Puerta de la Guía, abierta por el general Hugo, padre de Víctor Hugo, cuando las tropas napoleónicas intentaron conquistar la villa. Los acontecimientos bélicos se suceden en Brihuega desde el siglo XVIII hasta la Guerra Civil, pero las armas dieron paso a las flores y hoy en día sus campos de lavanda, de los más grandes de España, atraen a turistas de medio mundo durante el aromático mes de julio. En este contexto al que la literatura del siglo XX también premió con la pluma de Don Camilo José Cela creció el último aportador de curiosidades a la localidad, el Profesor Max.
Durante treinta años el Profesor Max llevó su espectáculo por Europa y medio mundo. Enamorado de África y de Hispanoamérica, comenzó a traer pequeños recuerdos que le cabían en su maleta de aquellos lugares insólitos que conocía. Otros objetos fueron obsequios por parte de jefes tribales, regalos de amigos que conocía o intercambios de favores. Casi todas las miniaturas traían una curiosa historia detrás. Poco a poco, tacita a tacita, fue completando una impresionante colección con 35.000 micro objetos.
En 2010 se abrió el insólito Museo de Miniaturas de Brihuega, ocupando la planta baja del Convento de San José (siglo XVI). De las 65.000 piezas de arte en miniatura que la familia ha logrado reunir, en el Museo de Brihuega se concentran más de tres mil, lo que da pie a poder organizar exposiciones temáticas y temporales. Entre las expuestas hay cuatro premios récord Guinness, como la casa de muñecas más pequeña del mundo o la escultura ídem: un torero toreando sobre el fósforo de una cerilla. Sorprendente e inédito, todo es sorprendente e inédito en este museo.
Es asimismo de los pocos lugares del mundo donde podremos ver dos cabezas reducidas a las que las tribus amazónicas jíbaras practicaron su ritual sagrado “Tzantza”. Muy valiosa también la minúscula pajarita, del tamaño de la uña de un dedo meñique, que hiciera entre libro y libro Don Miguel de Unamuno. No le falta detalle a la casa de Papá Noel, con árbol de Navidad incluido; imposibles de leer unos libros más pequeños que la mano de un niño, micro lienzos pintados con un solo pelo, coches, muebles, vajillas, zapatos, muñecos, una escena de las comilonas de “Astérix” y cientos de figuritas que jamás nadie pensó que pudieran existir.
La fama internacional del museo ha conseguido que los mejores artistas de miniaturas del mundo envíen sus obras, colofón sin duda a una gran vida que ha de verse con lupa. El Museo Mundial de Miniaturas de Brihuega se completa con carteles de la época publicitando las actuaciones del Profesor Max, que, sin duda, nos continúa hipnotizando. ¡Visita el Museo de Miniaturas Profesor Max en Brihuega y descubre un mundo sorprendente e inédito!
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