En una sorprendente confesión, la popular influencer Verdeliss ha decidido romper el silencio sobre los cambios que ha experimentado en su vida personal y profesional. En una entrevista reciente, la celebridad digital habló abiertamente sobre sus luchas con la deprivación de sueño, que según ella, ha afectado significativamente su comportamiento y su salud mental. Con una sinceridad conmovedora, Verdeliss compartió su experiencia con la esperanza de romper el estigma que rodea la salud mental y animar a sus seguidores a hablar abiertamente sobre sus propias luchas.
Verdeliss confiesa su lucha con el insomnio y cómo afecta su comportamiento
La influencer Verdeliss, conocida por su dedicación al mundo de la maternidad, ha decidido hacer un cambio de 180º en su vida para mejorar su situación. En una reciente publicación, confesó su lucha con el insomnio, que la ha llevado a sentirse cansada, agotada, superada.
Con ocho hijos, una casa que mantener y un trabajo que implica videollamadas, reuniones, briefs, negociaciones, analíticas y mails acumulados hasta el infinito, Verdeliss asegura que generar contenidos para sus redes sociales es solo una pequeña parte de su trabajo. Generar contenidos era una mínima parte en comparación con todo el trabajo de oficina., ha asegurado.
Para poder mejorar su situación, Verdeliss ha decidido trabajar con una agencia, admitiendo que no puede con todo y necesita dejar que otros la ayuden. No está mal admitir que no puedes con todo y dejarte ayudar, ha detallado.
Gracias a este cambio, Verdeliss ha podido encontrar un refugio en el deporte, convirtiéndose en una atleta de talla internacional. Recientemente, se convirtió en la campeona de España de 100 km, logro que ha sido posible gracias al apoyo de su familia.
Aunque todavía no sabe si esta decisión ha sido la correcta o no, Verdeliss asegura sentirse definitivamente orgullosa de haber aceptado la ayuda de los demás. Ahora, podrá empezar a disfrutar un poquito más la vida sin tanta exigencia, tal y como ha expresado.
Verdeliss es un ejemplo de que no está mal pedir ayuda, y que admitir nuestras limitaciones es un signo de fortaleza, no de debilidad. Su historia es un recordatorio de que, a veces, necesitamos dejar que otros nos ayuden a llevar la carga.
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