- Ajuste fiscal exigido por Bruselas amenaza a consumo e inversión, pese a revisionista crecimiento del PIB
- Revisión del PIB no cambia la preocupación por el crecimiento económico en España
- Ajuste fiscal exigido por Bruselas amenaza a consumo e inversión
- La demanda interna sigue siendo un foco de preocupación
Ajuste fiscal exigido por Bruselas amenaza a consumo e inversión, pese a revisionista crecimiento del PIB
La Unión Europea, a través de la Comisión Europea, ha solicitado a nuestro país un ajuste fiscal urgente para reducir el déficit público y cumplir con los objetivos de estabilidad presupuestaria. Sin embargo, esta medida puede tener un impacto negativo en la economía nacional, ya que puede reducir el consumo y la inversión, dos de los motores clave del crecimiento económico. A pesar de que el PIB (Producto Interior Bruto) ha registrado un crecimiento revisionista, es decir, mayor de lo esperado, la situación fiscal sigue siendo precaria y requiere de medidas urgentes para garantizar la estabilidad financiera del país.
Revisión del PIB no cambia la preocupación por el crecimiento económico en España
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, presentó este martes al Consejo de Ministros una actualización del cuadro macroeconómico a tres años, que incorpora una mejora del crecimiento previsto para 2024 hasta el 2,7%, tres décimas por encima de su anterior cálculo.
La revisión se produce después de que el Instituto Nacional de Estadística corrigiese por cuarta vez los datos de PIB desde 2021, elevando el avance de la actividad el año pasado hasta el 2,7% (desde el 2,5% que había estimado previamente). Además, el Banco de España ya había hecho lo propio y situó su previsión de crecimiento para este año en el 2,8%.
Ajuste fiscal exigido por Bruselas amenaza a consumo e inversión
La revisión del crecimiento económico tiene efectos sobre variables como la deuda pública, sobre el déficit o sobre el gasto en pensiones, que se miden en relación al PIB. El nuevo cálculo implicaría una reducción tanto de la ratio de endeudamiento como del desfase entre los ingresos y los gastos públicos.
El Gobierno tiene previsto remitir a Bruselas el próximo 15 de octubre el plan fiscal estructural en el que se especifican las reformas y medidas de consolidación que el país llevará a cabo los próximos 4 o 7 años, en función de la dureza del ajuste. Sin embargo, este esfuerzo adicional tendrá efectos negativos sobre los dos componentes esenciales de la demanda nacional, consumo e inversión, que se mantienen muy débiles desde la pandemia.
La revisión acumulada del PIB a 2023 ha elevado su nivel un 2,5% en términos nominales. En el caso de la deuda pública, ese nuevo cálculo implica una reducción de su nivel en algo más de 2,5 puntos del PIB, algo positivo porque implica que dicha ratio se va acercando cada vez más a los niveles observados antes de la pandemia.
La demanda interna sigue siendo un foco de preocupación
El economista jefe para España en BBVA Research, Miguel Cardoso, considera que la revisión no cambia el diagnóstico respecto a los elevados niveles de endeudamiento. Reducirlos por debajo del 90% del PIB o del 60%, umbrales que se utilizan para fijar objetivos dentro de las nuevas reglas fiscales en Europa, supondrá un esfuerzo muy importante, con consecuencias negativas para el avance de la demanda interna, explica.
Las revisiones al alza de la actividad que se han ido llevando a cabo han venido a confirmar que los motores del modelo de crecimiento de los últimos años han sido un mayor consumo público y las exportaciones de servicios, que incluyen el turismo extranjero.
Al mismo tiempo, la corrección del PIB constata que el lastre para la actividad sigue siendo el mismo. La recuperación se produce sin que la inversión haya vuelto cuando menos a los niveles de 2019. Esto, a pesar de que se ha revisado considerablemente al alza la formación bruta de capital fijo en vivienda, añade Cardoso.
Del mismo modo, el avance del consumo continúa siendo moderado, sobre todo comparado con el que muestra el PIB. Nos sorprende en negativo la debilidad del consumo de los hogares y la inversión, reconocía la pasada semana Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del Banco de España, durante la presentación de las nuevas proyecciones macro y del Informe Trimestral que elabora la entidad.
La demanda de los hogares se mantiene un 3% por debajo de los niveles precovid, las familias con rentas más altas han frenado su consumo (sobre todo de bienes duraderos) y el único grupo de edad que lo ha elevado ha sido el de los mayores de 65 años.
Es muy preocupante que la recuperación no esté llevando a un aumento de la inversión por el lado negativo, la dependencia del gasto público expone a la economía española hacia delante, sobre todo de cara a los siguientes años, cuando entrarán en vigor las nuevas reglas fiscales. El economista jefe de BBVA Research considera particularmente preocupante que la recuperación no esté llevando a un aumento de la inversión, puesto que este hecho puede limitar la capacidad de crecimiento durante los próximos años.
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