Alemania vuelve a encender la llama del control de fronteras y advierte que su política podría generar un efecto dominó en la UE entre sus socios

Alemania vuelve a encender la llama del control de fronteras y advierte que su política podría generar un efecto dominó en la UE entre sus socios

En un giro sorprendente, Alemania ha decidido reimplantar controles fronterizos en sus fronteras, una medida que genera inquietud en la Unión Europea. La decisión del gobierno alemán ha sido justificada por la necesidad de mejorar la seguridad en el país, sin embargo, ha generado preocupación entre los líderes europeos. La medida puede tener un efecto dominó en la UE, ya que otros países pueden seguir el ejemplo de Alemania y reimplantar controles fronterizos, lo que podría debilitar la política de libre circulación que ha sido una de las principales características de la Unión Europea.

Alemania reaviva el debate sobre control de fronteras y genera inquietud en la UE

El Canciller alemán Olaf Scholz, en una sesión del 'Bundestag' en Berlín, ha decidido implementar controles más estrictos en las fronteras, lo que ha generado inquietud en la Unión Europea. Este movimiento se produce después de un ataque con cuchillo en la ciudad occidental de Solingen por parte de un ciudadano de origen sirio y los grandes resultados de la ultraderecha en las dos últimas elecciones regionales en Sajonia y Turingia.

La migración ha pasado a ser un asunto central en los planes del Gobierno alemán, y la solución que ha planteado es la implementación de controles mucho más estrictos en las fronteras. Berlín reabre de esta forma un tabú que la UE tiene que volver a afrontar, meses después de aprobar un pacto migratorio que no gusta a casi nadie.

Un tema incómodo en Bruselas

La realidad es que se trata de un tema incómodo en Bruselas, pero eso no impide que Ursula von der Leyen quiera tomárselo en serio en el marco de la nueva Comisión Europea. Ahora, la pelota está en el tejado de los Estados miembros y los movimientos de Alemania tendrán con seguridad un efecto contagio en otros socios, más allá de las medidas que ya se están tomando en Italia o en Grecia.

En España, el cierre de fronteras no es una opción que contemple el Gobierno español para controlar la presión migratoria irregular, tal y como indicó esta semana el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. La libertad de circulación es un principio básico, indicó, recordando a su vez que España solo ha recurrido a estos controles en circunstancias muy puntuales y de seguridad como en la cumbre de la OTAN o para controlar la pandemia de la covid.

El PP busca capitalizar el debate migratorio

Mientras, el PP busca capitalizar el debate migratorio durante las próximas semanas, acogiéndose precisamente a los movimientos alemanes. Alberto Núñez Feijóo desarrollará una gira internacional que ya ha tenido Grecia como primera parada. De hecho, Mitsotakis es uno de los hombres fuertes del PPE en la UE.

El endurecimiento de los controles fronterizos

Los controles fronterizos afectan directamente al espacio Schengen, que es lo que asegura la libertad de movimiento dentro de la UE, pero recae en cada país miembro la gestión de sus fronteras. El paso dado por Berlín estará en vigor al menos durante seis meses y desde el Gobierno aseguran que es una manera de controlar la inmigración irregular y de dotar de seguridad a los ciudadanos.

La ministra del Interior, Nancy Faeser, recalcó que estas medidas protegerán contra los graves peligros que plantean el terrorismo islamista y la delincuencia grave. Eso sí, ya ha habido quejas por parte de los socios fronterizos, como es el caso de Bélgica.

Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, República Checa y Suiza son los países con los que Alemania comparte fronteras (y solo Reino Unido no forma parte de Schengen) y desde el inicio del refuerzo se avisó a los ciudadanos que se podrán producir grandes atascos por carretera y también retrasos en los movimientos ferroviarios.

Un movimiento que puede estandarizarse

No es poco habitual que se refuercen las vigilancias fronterizas, sobre todo tras atentados terroristas o, más en general, por un problema grave de salud pública, como sucedió durante la pandemia de covid-19. La clave por lo tanto en el caso alemán no estará en la medida en sí, sino en la duración de la misma.

Seis meses es ya un periodo considerable para este tipo de pasos, pero además Berlín no descarta que se pueda alargar en el tiempo. Si se estandariza, se limitan a comentar fuentes comunitarias consultadas por 20minutos, podría verse como algo recurrente para otros países, sobre todo en el caso de aquellos con gobiernos que abogan por unas fronteras más seguras.