Carlos Baute y Chenoa brillan en el concierto de aniversario del cantante venezolano
El Gran Teatro CaixaBank Príncipe Pío se vistió de amarillo, azul y rojo, los colores de la bandera venezolana, para celebrar el 30 aniversario de la carrera musical de Carlos Baute. La fusión de las culturas venezolana y española dio lugar a un espectacular concierto que emocionó a todos los presentes.
Mientras el público esperaba con ansias la llegada del cantante, una violinista amenizó la espera con grandes éxitos como Living la vida de Coldplay en estilo clásico, unos tonos tranquilos antes de dar paso a la gran fiesta que se formó.
Se apagaron las luces y un vídeo biográfico del cantante reveló detalles sobre su infancia. Luego, Carlos Baute apareció en el escenario y comenzó el concierto con su éxito Mi medicina, la canción que lo llevó a la fama en España.
El cantante mantuvo en pie a todo el teatro durante las dos horas y media que duró la interpretación, con canciones como Amarte bien, Amor y dolor, Quien te quiere como yo y Te quise olvidar.
Invitados especiales y sorpresas
Carlos Baute había adelantado que iba a ser una noche llena de sorpresas y cumplió. Tuvo varios invitados especiales, entre ellos, Rasel, con quien convirtió el teatro en una fiesta en la playa, y Chenoa, con quien cantó El Chisme. También hizo su aparición el gran mago Jorge Blas, quien presentó un espectacular truco de magia que dejó sin palabras a todos.
Además, Baute sorprendió a todos con sus dotes como bailarín, atreviéndose con reggaetón, bailes sensuales, bachata e incluso salsa.
Un tributo a Venezuela
Al final de la velada, Carlos Baute teletransportó al teatro a Venezuela, enseñó un poco de su cultura y hizo sentir a todos parte de sus raíces, mostrando uno de sus bailes típicos: el tambor venezolano.
Al final del concierto, el público comenzó a cantar a cappella trozos de Colgando en tus manos, una de sus canciones más populares. Carlos Baute escuchó al público y volvió a subir al escenario para cantar esta última canción, sorprendiendo a todos al cambiar la letra a España yo te adoro, cuidado madrileña que aquí llegó tu venezolano.
El público sabía que se acercaba el final y empezaron a sentir todas las emociones a flor de piel, hasta llegar al punto de llorar porque el concierto llegaba a su fin. El telón bajó y poco a poco la sala se fue desalojando, una sala donde, durante toda la noche, se produjo el efecto Carlos Baute.
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