En un movimiento estratégico que busca fortalecer su presencia en el mercado europeo, Celsa, el grupo siderúrgico español, ha decidido fusionar sus filiales española y francesa. Esta unión busca crear una entidad más fuerte y competitiva, capaz de enfrentar los desafíos del mercado actual. Sin embargo, lo que ha generado más expectación es la posible entrada de un socio nacional, cuyos detalles todavía no han sido revelados. La incógnita ha generado mucha especulación en el sector, ya que la llegada de un nuevo inversor podría traer consigo cambios importantes en la estructura y estrategia de la empresa. A continuación, se analizarán los posibles escenarios y consecuencias de esta fusión y la posible entrada de un nuevo socio.
- Celsa fusiona sus filiales española y francesa sin revelar detalles sobre la posible entrada de un socio nacional
- El presidente de Celsa, Rafael Villaseca, y el consejero delegado, Jordi Cazorla, anuncian cambios en la estructura de la empresa
- Celsa integra sus filiales española y francesa bajo un mismo jefe
- La siderúrgica catalana reestructura su organigrama y prepara su salida a bolsa con la posible entrada de un socio industrial nacional
Celsa fusiona sus filiales española y francesa sin revelar detalles sobre la posible entrada de un socio nacional
La empresa siderúrgica catalana Celsa ha integrado sus filiales de España y Francia bajo un mismo jefe, según una comunicación interna enviada por la empresa a los empleados. Josep Vilaseca, consejero delegado de Celsa France hasta la fecha, tomará también la responsabilidad de Celsa España, consolidando ambas posiciones e integrando los dos países, convirtiéndose así en el CEO de la nueva unidad de negocio España-Francia.
El presidente de Celsa, Rafael Villaseca, y el consejero delegado, Jordi Cazorla, anuncian cambios en la estructura de la empresa
Los cambios en el organigrama se hicieron efectivos el 6 de mayo y se enmarcan dentro del proceso de reestructuración de la multinacional desde que tomaran las riendas los fondos acreedores y la nueva directiva. Borja García-Alarcón (ex de Enagás e Indra) también se incorporó recientemente como director financiero.
Celsa integra sus filiales española y francesa bajo un mismo jefe
La sociedad, además, está en busca de un representante legal, una figura ausente hasta ahora en la historia de la multinacional y que jugará un papel clave en su intento de recuperar el crédito de 539 millones de euros concedido a las tres sociedades patrimoniales con las que la familia Rubiralta controlaba el grupo siderúrgico y que están en concurso de acreedores.
La siderúrgica catalana reestructura su organigrama y prepara su salida a bolsa con la posible entrada de un socio industrial nacional
La empresa también está pendiente de firmar la persona encargada de implementar el plan estratégico que está desarrollando con la consultora Bain & Co. El plan de futuro, que está previsto que vea la luz en el inicio del segundo semestre, estará orientado a la generación de valor y al impulso de la competitividad y el desarrollo operacional del grupo, que actualmente cuenta con 4.000 trabajadores en España y otros 6.000 en otros países.
Además, la compañía aprobó a principios de abril en junta de accionistas extraordinaria la incorporación al consejo de administración de Hilario Albarracín, expresidente de KPMG; Mario Longhi, ex presidente de US Steel; Elena Guede, vicepresidenta senior de Estrategia de Sostenibilidad de Cement and Roadstone Holding, y Juan José Nieto, presidente de Arcano Partners. Daniel Alaminos (abogado del Estado) ejerce como secretario.
Sidenor y Megasa han sonado como candidatos a socio, aunque la empresa no hace comentarios sobre este asunto. Los sindicatos señalan que el Ministerio de Industria está levantando la mano y no está ejerciendo presión sobre este aspecto por el gran cambio que ha sufrido Celsa en los últimos meses.
Los fondos acreedores que controlan en torno el 90% de la deuda 'jumbo' y convertible se comprometieron al mantenimiento de la viabilidad de la empresa a largo plazo; la toma de decisiones del grupo en España; y la protección del empleo y de las capacidades productivas.
La venta de algunas de sus filiales internacionales también es otro de los frentes abiertos en Celsa. La compañía contrató a Citi para una valoración de sus divisiones en Noruega, Polonia y el Reino Unido.
La nueva dirección de la multinacional siderúrgica ha marcado como prioridad en su agenda la venta de algunas de sus filiales internacionales. Los inversores podrán pujar por separado por cada una de ellas sin la necesidad de que vayan en lote.
Desde UGT-Fica y CCOO han advertido de que la venta supondrá restar valor al grupo y poner en riesgo su viabilidad, ya que el 50% del beneficio bruto de explotación (Ebitda) corresponde a Noruega, Polonia y el Reino Unido, según ambos sindicatos.
El agujero patrimonial que se encontraron los fondos acreedores es de 1.339 millones de euros. Sin embargo, gracias a la recapitalización de deuda por importe de 1.418 millones de euros y otros ajustes contables, los estados financieros del curso pasado reportan unos fondos propios consolidados de 326 millones de euros.
Por el contrario, si la reestructuración no se hubiera desarrollado, la compañía habría registrado unos fondos propios negativos de 1.187 millones. De este modo, ya saneadas las cuentas, Celsa, que estaba totalmente quebrada -según las palabras del propio Villaseca-, cerró el ejercicio con un resultado anual consolidado después de impuestos de 459 millones de euros.
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