China podría aprovechar la gran deuda de Estados Unidos para desatar una crisis económica global

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China podría aprovechar la gran deuda de Estados Unidos para desatar una crisis económica global

La tensión económica entre Estados Unidos y China podría alcanzar un punto crítico en los próximos meses. Según expertos económicos, la gran deuda de Estados Unidos, que actualmente supera los 23 billones de dólares, podría ser utilizada por China como una herramienta para desatar una crisis económica global. La situación es particularmente delicada debido a que China es el mayor acreedor de Estados Unidos, con más de 1 billón de dólares en bonos del Tesoro estadounidense. Si China decide vender estos activos, podría generar una ola de pánico en los mercados financieros y desencadenar una serie de consecuencias económicas catastróficas.

China podría aprovechar la gran deuda de EE UU para desatar una crisis económica global

En un momento de máxima rivalidad entre Estados Unidos y China, surge una pregunta recurrente: ¿podría China utilizar su tenencia de bonos del Tesoro de Estados Unidos como una herramienta de presión económica?

Las tensiones comerciales entre ambas potencias no han cesado desde la administración Trump, con los aranceles, la rivalidad tecnológica y Taiwán como principales focos de disputa. Y mientras China se aleja del dólar, Estados Unidos sigue siendo incapaz de mantener a raya el creciente déficit, que hace cada vez más dependiente al país de la financiación externa.

Los mayores acreedores de la deuda estadounidense

Los mayores acreedores de la deuda estadounidense

Estados Unidos es, de lejos, el país más endeudado del mundo, con una deuda pública que supera los 35,7 billones de dólares a fecha de hoy. Pero el análisis de quién posee esa deuda revela un panorama diverso y no tan simple.

La mayor parte de la deuda pública ha estado tradicionalmente controlada por el sector privado, alcanzando su máximo precisamente a principios de 2024, ligeramente por encima del 81% del PIB. El mayor acreedor de la deuda estadounidense es, de hecho, Estados Unidos a través de la propia Reserva Federal (Fed).

Tras años de políticas de expansión cuantitativa, especialmente desde la crisis financiera de 2008 y durante la pandemia de Covid-19, la Fed llegó a poseer aproximadamente 6,5 billones de dólares en bonos del Tesoro, lo que equivalía a más del 25% del total de la deuda pública. Posteriormente, con el inicio de la restricción cuantitativa, las tenencias han ido reduciéndose hasta suponer a principios de 2024 algo más del 17% del PIB.

China, en su calidad de acreedor extranjero, se sitúa como el segundo mayor tenedor extranjero de deuda estadounidense, justo después de Japón. A fecha de mayo de 2024, las tenencias de bonos estadounidenses por parte de China alcanzaban los 768.300 millones de dólares, lo que representa el 9,6% del total de tenencias extranjeras.

China reduce su exposición al dólar

En los últimos años, China ha tomado medidas para reducir su exposición a los activos denominados en dólares. Entre 2021 y 2023, el país asiático ha vendido más de 300.000 millones de dólares en bonos del Tesoro. Y este movimiento no ha terminado ahí: solo en el primer trimestre de 2024, Pekín vendió 53.300 millones de dólares adicionales en bonos del Tesoro, según datos de Bloomberg.

China ha intensificado su estrategia de diversificación, optando por activos más seguros como el oro. Esta estrategia le otorga a China un mayor margen de maniobra para resistir presiones económicas y políticas, mientras reduce la vulnerabilidad a posibles sanciones por parte de Estados Unidos o sus aliados.

¿Presionar a EEUU con su deuda sería un arma efectiva o un tiro en el pie?

A pesar de esta tendencia de venta de bonos estadounidenses y desdolarización, la pregunta persiste y muchos se preguntan si China realmente podría usar su deuda como una bala de plata en una disputa económica.

En teoría, una venta masiva de bonos en caso de escalada geopolítica podría aumentar los rendimientos de estos valores, encareciendo el coste de la deuda para Estados Unidos. Sin embargo, en la práctica, los efectos de una medida tan radical son más inciertos y podrían ser contraproducentes para Pekín.

Por un lado, la Fed actuaría como un comprador de última instancia si China decidiera deshacerse de grandes cantidades de bonos del Tesoro. Esto ya ha ocurrido en el pasado, y la Fed tiene margen para absorber parte de esa deuda sin causar un colapso financiero.

Por otro lado, esta táctica podría volverse en contra de China. Vender grandes cantidades de bonos provocaría una depreciación del dólar y afectaría de forma negativa al valor de las reservas en divisas de China, que ascienden a 3,1 billones de dólares, dos tercios de las cuales están denominadas en dólares. Además, un dólar más débil encarecería los productos chinos en el mercado estadounidense, lo que perjudicaría sus exportaciones.

En última instancia, China y Estados Unidos están unidos por una compleja relación de interdependencia económica. Por tanto, aunque las tensiones políticas y comerciales seguirán marcando su relación, la probabilidad de que China utilice su deuda de manera agresiva sigue siendo baja. Al fin y al cabo, ambos países tienen demasiado que perder en este delicado equilibrio financiero.

Marina Ramírez

Soy Marina, una autora apasionada por la actualidad nacional española. En Diario Online, un periódico independiente, comparto mis análisis y opiniones sobre los eventos más relevantes de nuestro país. Con mi pluma perspicaz y mi compromiso con la verdad, busco ofrecer a los lectores una visión objetiva y completa de la realidad que nos rodea. ¡Acompáñame en este apasionante viaje a través de las noticias más importantes de España!

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