De la ayuda económica de la posguerra a la inyección de liquidez italiana: más de dos veces la inversión del Plan Marshall y un 'choque' para evitar la crisis económica
En un esfuerzo por evitar la crisis económica, Italia ha lanzado un ambicioso plan de inyección de liquidez que supera en más del doble la inversión del histórico Plan Marshall, implementado en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Esta iniciativa tiene como objetivo reactivar la economía y frenar el crecimiento del desempleo en un momento en que la zona euro enfrenta una fuerte desaceleración. El paquete de medidas, que se estima en cientos de miles de millones de euros, busca inyectar confianza en el mercado y estimular el crecimiento en un país que ha sido golpeado por la incertidumbre política y económica. ¿Será suficiente para salvar a Italia de la crisis?
Draghi lanza un plan de rescate para la UE: invertir más y cambiar el rumbo
Europa retrocede a los momentos de su historia más relevantes, y en la actualidad esa dinámica se cumple con más importancia que nunca. Ahora la Unión ha pasado del plan Marshall al plan Draghi; el primero es una referencia para el segundo, en tiempos de altísima exigencia para el bloque comunitario.
El diagnóstico de Draghi para 'volver a salvar' a la UE: hace falta un aumento masivo de la inversión para competir con EEUU y China. La Unión Europea tiene que invertir 800.000 millones de euros anuales para ser competitiva, esto es, más del doble de lo que se invirtió tras la Segunda Guerra Mundial.
El plan Draghi desarrolla que es crucial ahondar en la coordinación de la regulación y eliminar las barreras administrativas; además, se debe alinear las políticas industrial, de competencia y comercial, para culminar la Unión de los Mercados de Capitales y atender unas necesidades de inversión inéditas en medio siglo.
La letra pequeña del plan Draghi: ¿cómo evitar la pérdida de competitividad en Europa? Para Draghi, la UE no es capaz de meter una nueva marcha en una carrera de fondo y necesita cerrar una brecha que se ha ido agrandando con el paso de los años. La Unión tiene un problema de competitividad, de 'fuga de talento' y de inversión.
Las nuevas tecnologías, por ejemplo, necesitan un impulso importante, igual que el proceso de descarbonización, a la vez que se invierte en energías limpias. En ese camino España va más avanzada que otros países. Los ojos de Draghi se posan también en algo para lo que Bruselas ya tiene un plan escrito desde hace meses: las materias primas críticas.
La UE en crisis: ¿puede el plan Draghi evitar la decadencia económica? La realidad es que ambos dirigentes italianos, Draghi y Enrico Letta, hacen el mismo diagnóstico: la UE ha perdido fuerza en la carrera global. El análisis final entiende que para ese impulso será necesaria la inversión privada, pero esta no puede ser el pilar fuerte del todo, sino que la apuesta debe sustentarse en la inversión pública y, sobre todo, en empuje conjunto en diferentes sectores como la industria o la Defensa.
Draghi, con todo, tiene claro que el ritmo de toma de decisiones de la UE tiene que ser mucho más ágil para evitar seguir en una lenta agonía. No quiere hablar de 'muerte', pero sí avisa de que el tiempo corre en contra de la Unión. Debemos abandonar la ilusión de que solamente la dilación puede preservar el consenso. En realidad, la dilación sólo ha producido un crecimiento más lento y ciertamente no ha generado más consenso, sostuvo en un mensaje nítido para los 27.
El informe Draghi es un aviso a navegantes. El nuevo todo lo que sea necesario del que fuera presidente del Banco Central Europeo incluye el mensaje más importante de todos, aunque suene genérico: la UE tiene que afrontar cambios radicales porque si no lo hace corre el riesgo de perder su razón de ser en un escenario feroz, cada vez más competitivo frente a Estados Unidos y China.
La UE, además, es poco productiva porque va atrasada desde el punto de vista industrial e incluso militar. Lo 'europeo' tiene que ser prioritario. Es decir, la Unión tiene que corregirse a sí misma antes de querer ser grande frente a los demás.
Europa rescata a sus 'viejos rockeros' con talante negociador en momentos de crisis. La UE tiene negro sobre blanco lo que tiene que hacer en el futuro cercano, y abajo del todo aparece la firma de un Mario Draghi del que (casi) todo el mundo se fía. Ursula von der Leyen está terminando de perfilar su nueva Comisión Europea, que tendrá que seguir, en la medida de lo posible, las indicaciones del informe.
Ya nadie podrá decir que no había un plan para el futuro de la Unión Europea. Draghi es casi un Dios en Bruselas. pero los problemas del bloque necesitarán algo más que rezos para solucionarse.
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