En un conmovedor testimonio, Jesús Manuel, conocido como el hombre lobo de Zacatecas, ha compartido su lucha contra la depresión y el alcoholismo en el programa de televisión Y ahora Sonsoles. Con una sinceridad abrumadora, Jesús Manuel revela los detalles de su batalla personal, desde la soledad y la incomprensión hasta el abismo de la adicción. En una frase que conmueve, admite que empecé a beber para sentirme aceptado, lo que nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la aceptación y el apoyo en la lucha contra los problemas de salud mental. A continuación, te presentamos la historia de Jesús Manuel, un ejemplo de valentía y determinación en la búsqueda de la superación.
- La dura lucha contra la soledad y el alcoholismo: Jesús Manuel 'El Hombre Lobo' de Zacatecas revela su historia en 'Y ahora Sonsoles'
- La infancia y adolescencia marcadas por la discriminación y el rechazo social
- La lucha contra la depresión y el alcoholismo
- Superando la adicción y encontrando la aceptación
- El testimonio de su sobrino Alexis
La dura lucha contra la soledad y el alcoholismo: Jesús Manuel 'El Hombre Lobo' de Zacatecas revela su historia en 'Y ahora Sonsoles'
Este lunes, Jesús Manuel Fajardo, de 50 años, originario de Zacatecas (México), visitó el plató de Y ahora Sonsoles para narrar en primera persona la difícil trayectoria de su vida marcada por una rara afección genética conocida como hipertricosis, comúnmente denominada síndrome del hombre lobo.
Esta condición se caracteriza por un crecimiento anómalo de vello en diversas partes del cuerpo, incluidas aquellas donde habitualmente no se desarrolla. La presencia de este rasgo distintivo lo ha impulsado a trabajar en el circo, ya que, como él mismo ha admitido, las oportunidades laborales fuera de este entorno son prácticamente inexistentes.
Durante la entrevista, Fajardo recordó con crudeza su infancia y adolescencia, etapas marcadas por la discriminación y el rechazo social: En esos tiempos era muy difícil. No había tanta tecnología como hoy (.) Se nos discriminó mucho. Empecé a avergonzarme de mi condición al punto de querer quitármelo (el vello) con navajas (.) Me daba pena que mis compañeros me viesen sin camisa.
A pesar de lo difícil de su situación, Fajardo no es el único en su clan que sufre este padecimiento. En mi familia hay personas que tienen más vello que yo. Soy de los que no padece tanto esta condición. Nada más en el rostro, ha explicado.
La lucha contra la depresión y el alcoholismo
La falta de aceptación social y la presión de un entorno poco comprensivo lo condujeron a refugiarse en el alcohol. Esas cosas te llevan a tomar decisiones que no son las correctas (.) Empecé a beber para sentirme aceptado por la gente.
El abuso de esta sustancia se convirtió en una constante en su vida durante muchos años, agravado por las inseguridades que le generaban las miradas del público cuando comenzó a desempeñar su empleo: Me daba más inseguridad y empezaba a tomar (beber) muchísimo más.
Superando la adicción y encontrando la aceptación
Hoy en día, Fajardo ha superado su adicción, tal y como ha anunciado. Hace un año dejé de beber, ha celebrado, al tiempo que revelaba que se había afeitado en dos ocasiones, aunque el resultado no fue el esperado: Me daba miedo verme de otra forma. Me sentía raro, no me miraba el vello, me miraba el rostro blanco (.) No me acostumbré a estar sin el vello.
A pesar de los desafíos que se ha visto obligado a enfrentar, Fajardo ha formado una familia y es padre de tres hijas, quienes también han heredado la hipertricosis. Han probado cosas como pomadas, láser… para quitárselo. Pero les vuelve a crecer otra vez, ha comentado.
El testimonio de su sobrino Alexis
Acto seguido, se unió a la conversación su sobrino Alexis, también afectado por la hipertricosis. A través de una videollamada, el joven de 28 años ha ofrecido un testimonio cargado de naturalidad.
Alrededor del mundo, actualmente solo hay registradas 30 personas con vida que padecen esta condición, y nuestra familia tiene el honor de ser parte de ese conteo, ha expresado Alexis con visible orgullo.
A diferencia de su tío, Alexis parece haber recorrido un camino distinto en su proceso de aceptación. En su caso, ha asegurado que el rechazo social no ha sido un obstáculo significativo en su vida, y ha atribuido esta diferencia no tanto a las circunstancias externas, sino a su propio enfoque hacia esta condición: Yo creo que no he sufrido de discriminación porque yo no lo he permitido. Yo me acepto, yo me amo tal cual soy. No tengo ninguna complicación de tener este pelo en la cara.
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