¡Descubre el camino más fresco de España! Una ruta para todos los públicos que te hará disfrutar del mejor de los climes españoles

¡Descubre el camino más fresco de España! Una ruta para todos los públicos que te hará disfrutar del mejor de los climes españoles

¿Estás listo para escapar del calor y disfrutar del fresco clima español? ¡Entonces prepárate para descubrir la ruta más refrescante de España! Esta emocionante aventura está diseñada para todos los públicos, desde familias con niños hasta amantes de la naturaleza y aventureros empedernidos. A lo largo de este camino, podrás disfrutar de los mejores climes españoles, rodeado de paisajes naturales impresionantes y pueblos con encanto. ¡Prepárate para vivir una experiencia inolvidable!

¡Descubre el camino más fresco de España! Una ruta para todos los públicos que te hará disfrutar del mejor de los climes españoles

La Foz de Lumbier es una de las rutas más conocidas y visitadas de Navarra, y la buena noticia es que recorrerla es tan sencillo que incluso se puede hacer con carritos de niño o silla de ruedas. El camino es llano (excepto la bajada final al río) y muy bien acondicionado, ya que este fue el recorrido que se preparó para el tren Irati, el primer tren eléctrico de España, que comunicó Pamplona con Sangüesa entre los años 1911 y 1955.

Este paseo transcurre paralelo al río Irati, entre el gran cañón que en su día formó y que hoy cuenta con paredes de más de 150 metros. Aunque los dos kilómetros y medio de recorrido sean un trayecto sencillo, no quiere decir que no haya sorpresas ni que el paisaje no sea uno de los más impresionantes que hayas podido disfrutar.

Punto de inicio

Para conocer este rincón navarro hay que llegar hasta la localidad de Lumbier, situada en la parte este de la Comunidad, muy cerca de otros puntos con un gran interés turístico como Sangüesa, el Monasterio de Leyre o el de Javier. A las afueras de este pequeño pueblo está bien indicado el parking y el acceso a la ruta ya que es una de las grandes atracciones de la zona en casi cualquier época del año, aunque los días de calor está más concurrida.

La razón es la estupenda zona apta para el baño que espera al final del camino. Aguas limpias y cristalinas (y muy fresquitas) que sientan de maravilla tras el paseo. Eso sí, precaución con la corriente porque el río suele llevar bastante fuerza.

Una mochila completa

Además del bañador, en la mochila es interesante meter una linterna ya que el recorrido atraviesa dos largos túneles en los que te quedas completamente a oscuras. Una gran experiencia que suele fascinar a los más pequeños y que es de admirar al conocer la fecha en la que se construyeron y la dificultad de acceso al lugar.

Otro objeto que se convertirá en el más deseado durante el paseo son los prismáticos. Y es que en estas altas paredes con sus amplias grietas habitan una buena colección de interesantes aves, como los buitres leonados y los quebrantahuesos.

Una ampliación

La ruta tiene unos dos kilómetros y medio de extensión. Al final del recorrido señalizado encontramos el conocido como el Puente del Diablo. Se trata de un arco del siglo XVI que se eleva unos quince metros sobre el río. Fue parcialmente destruido por los franceses durante la Guerra de la Independencia (1812) y dice la leyenda que el constructor pidió ayuda al diablo para poder terminar la obra a tiempo.

Desde aquí se puede continuar el trayecto y adentrarse más en la hoz, pero ya no está ni acondicionado ni tan bien señalizado y no es seguro en muchas épocas del año.

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