- Descubrimiento revolucionario: el comportamiento social de los perros está determinado por su genética, según investigaciones científicas
- Descubrimiento revolucionario: el comportamiento social de los perros está determinado por su genética
- La clave del comportamiento social de los perros: la estructura genética de la cromatina
- La influencia genética en la sociabilidad canina
- La domesticación y la selección natural
- El vínculo emocional entre perros y humanos
- La estructura de la cromatina y la expresión génica
- La conexión con el síndrome de Williams-Beuren
Un estudio revolucionario publicado recientemente por un equipo de científicos ha revelado que el comportamiento social de los perros está determinado en gran medida por su genética. Esta conclusión ha sido posible gracias a una exhaustiva investigación que ha analizado el ADN de cientos de perros y su comportamiento en diferentes situaciones sociales. Los resultados obtenidos han demostrado que la heredabilidad juega un papel fundamental en la forma en que los perros interactúan con su entorno y con otros animales. Esta descubrimiento tiene importantes implicaciones para la comprensión del comportamiento canino y puede tener un impacto significativo en la forma en que se entrena y se cuida a los perros.
Un estudio reciente ha revelado que la estructura de la cromatina, una forma compacta de ADN, influye en la evolución del comportamiento social de los perros. Además de contener material genético, la cromatina también regula la actividad de los genes.
Entre las especies domésticas, los perros sobresalen por su lealtad como compañeros de los humanos y por su profunda capacidad para socializar y formar lazos afectivos. Esta habilidad, que podría parecer un resultado exclusivo de la domesticación, también está presente en su ADN.
Investigaciones recientes han revelado que el comportamiento social de los perros está influenciado por estructuras genéticas específicas, lo que da pistas sobre cómo y por qué los perros desarrollan estas habilidades de sociabilidad. El hallazgo abre una nueva ventana al entendimiento de los orígenes biológicos del vínculo entre los perros y los humanos.
La influencia genética en la sociabilidad canina
La investigación, liderada por Dhriti Tandon y Bridgett M. vonHoldt y publicada en BMC Genomics, ha puesto de manifiesto que los perros tienen variaciones estructurales en su material genético que afectan su comportamiento social. En términos más sencillos, esto significa que ciertas partes del ADN de los perros están organizadas de manera que promueven características como la hipersociabilidad, es decir, la tendencia a buscar y disfrutar de la interacción con otros seres vivos, ya sean humanos u otros perros.
El estudio se centra en una estructura genética conocida como cromatina, que es el material del que están hechos los cromosomas. La cromatina es flexible y puede cambiar su forma tridimensional, lo que a su vez afecta la manera en que los genes se expresan. En el caso de los perros, se ha observado que ciertas variaciones en la estructura de la cromatina están directamente asociadas con su comportamiento social.
La domesticación y la selección natural
La domesticación no es la única razón por la que el cerebro de los perros es más pequeño que el de los lobos. Los científicos también han encontrado variaciones genéticas en los lobos, sus parientes más cercanos. Sin embargo, los perros presentan estas características de manera mucho más pronunciada. Esto apoya que la domesticación ha jugado un papel importante en la selección de perros con mayores capacidades para la socialización (fenotipo social) y que, de hecho, estas variaciones genéticas podrían haber sido favorecidas por la evolución al permitir que los perros fueran más adecuados para la convivencia con las poblaciones humanas.
El vínculo emocional entre perros y humanos
Los perros que presentan una mayor expresión de los genes asociados a la sociabilidad tienden a ser más afectuosos y juguetones, lo que refuerza el vínculo emocional que han desarrollado con los seres humanos. No obstante, hay que recordar que los rasgos de comportamiento como el de la sociabilidad también están fuertemente influenciados por los factores ambientales y las experiencias vitales de cada perro.
La estructura de la cromatina y la expresión génica
Cuando la cromatina adopta una forma más abierta, permite que ciertos genes se expresen con mayor facilidad, lo que resulta en un comportamiento más social y afectuoso. La investigación se centró en un gen en particular, el GTF2I, que regula la expresión de otros genes y está presente en todo el cerebro. El grupo de científicos descubrió que las variantes antiguas y modernas de este gen afectan de manera diferente la forma del bucle de cromatina, lo que influye en cómo se expresan los genes asociados al comportamiento social.
La conexión con el síndrome de Williams-Beuren
El resultado de la investigación ha revelado una supuesta convergencia molecular entre la hipersociabilidad canina y el síndrome de Williams-Beuren en humanos, un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por anomalías craneofaciales y niveles extremadamente altos de comportamientos sociales. Este hallazgo, por lo tanto, podría facilitar el desarrollo de nuevas terapias y fomentar la investigación sobre la enfermedad a partir de esta conexión.
Referencia: Canine hyper-sociability structural variants associated with altered three-dimensional chromatin state. Dhriti Tandon, Bridgett M. vonHoldt y equipo. BMC Genomics (2024)
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