EEUU se consolidará como principal proveedor de energía fósil para España mediante el 'fracking'
En un giro significativo en la política energética de España, se prevé que Estados Unidos se consolide como el principal proveedor de energía fósil para el país ibérico. Esto se debe a la apuesta del gobierno español por el 'fracking', una técnica de extracción de hidrocarburos no convencionales que ha generado un auge en la producción energética en EEUU. Según fuentes cercanas al Ministerio de Energía, la creciente demanda de gas natural licuado y petróleo en España se verá cubierta en gran medida por importaciones desde EEUU, lo que consolidará la posición de este país como un proveedor clave de energía para la economía española.
EEUU se consolida como principal proveedor de energía fósil para España
Fuentes energéticas renovables han sido relegadas a un segundo plano en la política energética española, lo que ha llevado a un aumento significativo en la dependencia de petróleo y gas de Estados Unidos.
Después de seis años de políticas energéticas orientadas hacia la transición ecológica, la ministra Teresa Ribera deja como legado un mayor consumo de energía fósil, una factura de importaciones de petróleo y gas más elevada que en 2018, y un sector cada vez más dependiente de la industria del 'fracking' (técnica de fractura hidráulica del subsuelo) de Estados Unidos.
En estos seis años, EEUU ha pasado de la irrelevancia en la tarta de suministro a convertirse en la principal fuente de abastecimiento de hidrocarburos, si se tiene en cuenta el petróleo y sus derivados, junto con el gas natural que llega en formato GNL (gas licuado, transportado a ultrabajas temperaturas en barco) a las regasificadoras españolas. Representa más de dos tercios del total, junto a Argelia y Rusia, el país que más ha incrementado sus exportaciones a España desde 2022.
El proceso de 'refosilización' de la política energética española tiene mucho que ver con las guerras que se están librando desde 2022 en Ucrania-Rusia y Palestina-Israel, afectando a la seguridad del suministro de petróleo y gas de esas regiones hacia Europa.
El catalizador bélico ha provocado un giro de las fuentes de suministro hacia países con mayor estabilidad y EEUU se ha llevado la mejor parte del vuelco al origen de la energía que importa el Viejo Continente, sobre todo, España.
La factura energética española
La factura energética española en importaciones petróleo y derivados se disparó hasta 24.120 millones de euros en el primer semestre de este año, un 10% más que en 2023, según los datos del secretaría de Comercio Exterior, con la industria estadounidense como principal suministrador.
En cambio, la importación de gas se redujo un 40% interanual en el mismo período, hasta 4.731 millones.
En el conjunto de 2023, España compró energía fósil a otros países por valor de 63.479 millones de euros, sobre todo, petróleo y derivados (46.153 millones) y gas (13.971 millones), con un descenso del 30% respecto a 2022, año récord debido a la guerra de Rusia sobre Ucrania.
Ese mismo coste energético representó un ticket anual de 90.879 millones de euros para el país, de ellos 58.161 millones en petróleo y 26.315 millones para gas, según los datos del Gobierno, cifras que fueron acompañadas también con un aumento de las emisiones de CO2 debido al mayor consumo por la reactivación económica.
EEUU supuso el 16,3% del petróleo que importó España de enero a junio, seguido de Brasil (13,9%), México (12%) y otros países americanos como Canadá y Venezuela.
El informe hace visible el desplome de la entrada de crudo desde productores europeos como Reino Unido (-52% interanual) o Noruega (-26%), pero también desde el este con Azerbaiyán (-85%) y Kazajistán (-46%). Oriente Medio también registra amplios descensos con caídas del 42% del crudo de Irak, una de las principales fuentes hace unos años, Arabía Saudí (-4,9%) y Emiratos Árabes Unidos (-100%).
Por último, el petróleo africano de Nigeria (13% de cuota) y Libia (6% del total) acaparó una quinta parte del suministro español en el primer semestre de 2024, cifra que se ha reducido debido en julio y agosto debido a la crisis institucional entre las dos facciones gubernamentales que han provocado el bloqueo libio.
El posible regreso de sus exportaciones ha provocado durante la última semana el último gran descenso del precio del petróleo, que se mueve en mínimos anuales y cerca de niveles no vistos desde 2021. La cotización del barril europeo Brent se movía en torno a los 73 dólares, mientras que la referencia de EEUU, el West Texas, llegó a bajar de 70 dólares.
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