En el norte de España, en la comunidad autónoma de Galicia, se encuentra una ciudad que está viviendo un fenómeno lingüístico preocupante. La población de Ourense, capital de la provincia homónima, está experimentando un proceso de castellanización que ha llevado al idioma gallego al borde de la desaparición. El llamado efecto hispano-madrimense, término que se refiere a la influencia del español en la región, ha sido clave en este proceso. Según expertos, la falta de políticas lingüísticas efectivas y la globalización han contribuido a la pérdida de peso del gallego en la vida cotidiana de los ourensanos. En este artículo, analizaremos las causas y consecuencias de este fenómeno y exploraremos las posibles soluciones para preservar la identidad lingüística de esta ciudad gallega.
La lengua gallega en retroceso: Vigo, epicentro de la desaparición del idioma en Galicia
La ciudad de Vigo, en Galicia, es el epicentro de la desaparición de la lengua gallega. Según el último estudio realizado por el Instituto Gallego de Estadística (IGE), publicado el pasado 11 de octubre, solo un 24% de los residentes en Galicia utiliza el gallego como lengua principal, mientras que casi un 30% se expresa exclusivamente en castellano.
Esta importante pérdida de gallegohablantes se ha notado más en los grandes núcleos urbanos. En la comarca de Vigo —que incluye la ciudad y municipios cercanos como Porriño, Baiona y Nigrán— el uso del gallego ha sufrido un notable descenso. En 2018, el 25,50% de los residentes afirmaban utilizar siempre o casi siempre el gallego, pero cinco años después esta cifra ha caído hasta el 20,13%.
Vigo se mantiene como la ciudad de Galicia donde menos se habla la lengua autonómica. La comarca de Vigo es la que más ha perdido en términos de gallegohablantes en los últimos cinco años, con una caída del 5,37% en el uso del idioma.
El gallego cae en otras grandes ciudades
A Coruña también ha registrado una caída alarmante. En 2018, el 34% de los residentes de la comarca —que incluye municipios como Arteixo, Culleredo y Oleiros— hablaban siempre en gallego, pero en 2023 ese porcentaje ha descendido al 25%. Este retroceso del 8,5% convierte a A Coruña en el área donde más se ha perdido el uso de la lengua en los últimos cinco años.
La comarca de Ferrol-Eume-Ortegal también ha visto una reducción en el número de gallegohablantes. En 2018, casi el 34% de los residentes hablaban en esta lengua cooficial de forma habitual, mientras que en 2023 esta cifra ha caído a poco más del 28%.
El uso del gallego crece en Ourense
Lugo y Ourense se mantienen como bastiones del gallego. En la comarca central de Lugo, que incluye zonas rurales como Terra Chá y Meira, un 61,66% de los residentes utiliza el gallego como lengua principal, a pesar de que ha disminuido con respecto al 64% que lo hacía en 2018. Aun así, Lugo sigue siendo la ciudad donde más se habla gallego.
En Ourense, se ha registrado un incremento en el uso de la lengua autonómica. En 2018, el 39,85% de los ciudadanos lo hablaban de forma regular, pero en 2023 esta cifra ha subido al 42,84%. Así, la ciudad de As Burgas se convierte en una excepción dentro del panorama general de descenso del idioma en las ciudades gallegas.
Leves caídas en el resto de ciudades
Santiago de Compostela, considerada un emblema de la cultura gallega, también ha sufrido un leve retroceso en el uso del idioma. En 2018, el 55,39% de los residentes de la comarca hablaban en gallego de manera habitual, mientras que en 2023 este porcentaje se ha reducido al 54,11%. A pesar de esta caída, sigue siendo la segunda ciudad con mayor proporción de gallegohablante.
El declive en Pontevedra ha sido más marcado. En 2018, el 38,82% de los residentes de la comarca utilizaban el gallego como lengua habitual, pero en 2023 esa cifra ha bajado al 32,91%. Aunque no es tan pronunciado como en A Coruña o Ferrol, este descenso refleja la misma tendencia de sustitución del gallego por el castellano en las áreas urbanas.
Deja una respuesta