- El acusado de matar a su esposa y tirar su cadáver al río Guadalquivir comparece este lunes ante el jurado en Sevilla y tendría que responder por su posible culpabilidad
- El acusado de asesinar a su esposa y tirar su cadáver al Guadalquivir comparece ante el jurado
- La fiscal destaca la frialdad y la premeditación del acusado
- Los hechos constitutivos de un delito de asesinato con agravantes
- La defensa alega un arrebato pasional
- El relato de las acusaciones
El acusado de matar a su esposa y tirar su cadáver al río Guadalquivir comparece este lunes ante el jurado en Sevilla y tendría que responder por su posible culpabilidad
En un proceso que ha conmocionado a la opinión pública, el acusado de asesinar a su propia esposa y posteriormente deshacerse del cadáver arrojándolo al río Guadalquivir en Sevilla, comparecerá este lunes ante el jurado que deberá determinar su posible culpabilidad en este trágico suceso. La expectación es alta en torno a este caso, que ha generado gran impacto en la sociedad andaluza y ha suscitado debates sobre la violencia de género y la justicia en España. A lo largo de este proceso, se esperan revelaciones impactantes y testimonios clave que podrían llevar a la justicia a esclarecer los hechos ocurridos en este caso tan lamentable.
El acusado de asesinar a su esposa y tirar su cadáver al Guadalquivir comparece ante el jurado
La Audiencia de Sevilla retoma este lunes el juicio con jurado popular contra el acusado de asesinar a su pareja en Sevilla en abril de 2002 y de tirar su cadáver al río Guadalquivir.
Aunque la declaración del presunto asesino estaba fijada para el pasado viernes, cuando arrancó la vista oral, problemas técnicos con el sistema de grabación del juicio y la amplia exposición de las alegaciones previas de las partes llevaron al magistrado presidente del tribunal del jurado a aplazarla hasta este lunes.
La fiscal destaca la frialdad y la premeditación del acusado
En su extensa intervención ante los miembros del jurado, la fiscal subrayó la frialdad y la premeditación con la que actuó el acusado, quien se enfrenta a una petición de las acusaciones de 29 años de cárcel, y recordó que fue capaz de seguir de fiesta y viviendo la vida durante dos meses hasta que hallaron el cadáver de la víctima.
La acusación particular, ejercida por una letrada de oficio en nombre del hijo de la fallecida -quien reside actualmente en Bolivia-, censuró igualmente la actitud del procesado: Asesinó a una mujer por el hecho de serlo, porque era mujer y se iba a ir con otro, sentenció.
Los hechos constitutivos de un delito de asesinato con agravantes
Tanto la Fiscalía como la acusación particular y la popular ejercida por la Junta de Andalucía consideran los hechos constitutivos de un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y de género, y atribuyen además al acusado un delito continuado de estafa y de lesiones en el ámbito de la violencia sobre la mujer con la agravante de reincidencia.
La defensa alega un arrebato pasional
Frente al relato de las tres acusaciones personadas, la defensa, -también de oficio- mantuvo que el procesado debería ser absuelto, dado que el día de los hechos estuvo movido por un arrebato o un estado pasional ante los celos que le generó enterarse de que su pareja había estado con otra persona, circunstancia que considera una eximente. De manera subsidiaria, alega la atenuante por consumo de alcohol.
El relato de las acusaciones
La Fiscalía relata en su escrito provisional que el 24 de abril de 2002, durante una fiesta en el inmueble de Sevilla que compartían, el acusado se percató de que su pareja presentaba marcas de chupetones en el cuello que no le había hecho él y se molestó, iniciando ambos una discusión durante la cual la fallecida le dijo que era muy viejo y aburrido y que prefería estar con un hombre con el que había pasado la noche y el día anterior.
Tras golpearla y marcharse del domicilio regresó y, cuando los amigos dormían, entró en la habitación de la víctima. Aprovechando su situación de indefensión por el abundante alcohol ingerido y que estaba desprevenida, de forma súbita y sorpresiva se colocó encima de ella con objeto de darle muerte.
Después de asfixiarla y echar a los amigos de la casa, el acusado empaquetó el cuerpo sin vida y lo arrojó a la orilla del Guadalquivir oculto entre matorrales, donde permaneció hasta el 21 de junio, cuando tras ser detenido reveló su ubicación.
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