- El Ayuntamiento de Barcelona revoca financiación a comedor social de Gràcia, que intenta recuperar ayuda municipal
- Barcelona revoca financiación a comedor social de Gràcia sin explicación
- Una decisión municipal sin razón
- Un contrato especial en peligro
- Un comedor singular
- Apoyo de entidades y partidos políticos
- Un proyecto en peligro
En un giro inesperado, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido revocar la financiación a un comedor social ubicado en el distrito de Gràcia, que ha sido un pilar fundamental para la comunidad local durante años. Esta medida ha generado preocupación y rechazo entre los vecinos y los voluntarios que trabajan en el comedor, quienes ahora luchan por recuperar la ayuda municipal que es crucial para su supervivencia. En un momento en que la pobreza y la exclusión social están en aumento, la decisión del Ayuntamiento ha generado un debate sobre la priorización de los recursos públicos y el papel que deben jugar las instituciones en la lucha contra la desigualdad.
La cocina de la Terrasseta, un comedor social del barrio de Gràcia, se prepara para servir un día más 150 menús a personas con problemas de alcoholismo. Sin embargo, desde hace meses lo hace con la incertidumbre de no saber qué pasará a partir del 31 de octubre, cuando dejará de recibir financiación por parte del Ayuntamiento de Barcelona.
Una decisión municipal sin razón
La doctora María Luisa Marin, presidenta de la Asociación La Rauxa e impulsora del comedor, afirma que el consistorio ha tomado esta decisión sin ninguna razón, algo que niegan fuentes municipales. Se ha hecho un rediseño de los actuales servicios de comedor con una nueva licitación, dicen desde el Ayuntamiento, que añaden que se ha tomado esta decisión para mejorar la atención que se presta a los ciudadanos. Se orienta a dignificar la atención de las personas en espacios adecuados y una atención profesional orientada a la inclusión social, explican del nuevo modelo.
Un contrato especial en peligro
La problemática nace a partir de un contrato especial que se otorgó a la entidad en el 2000, cuando a raíz de un conflicto con un concurso público se les ofreció un acuerdo prorrogable cada cuatro años. El último se tenía que ampliar este octubre, pero para sorpresa de la Terrasseta, no ha sido así. Tuve una reunión con representantes del Ayuntamiento para la prórroga y fue allí cuando nos avisaron de que nos teníamos que presentar a un concurso, explica Marin, que se queja de que esa cita fue el 10 de abril y el concurso se cerraba el 17. No nos daba tiempo a preparar el dosier que requerían, justifica la doctora.
Un comedor singular
La peculiaridad de este espacio es que la mayoría de los que trabajan en el local, ubicado en la calle de la Fraternitat, son alcohólicos rehabilitados (AARR), aunque también hay trabajadores sociales. La propia doctora también se encarga de gestionar y supervisar el comedor, pero destaca la labor de aquellos que pasaron por lo mismo, los que también estuvieron en las colas para poder cenar ahí. Les explican sus historias, les hablan. ver a personas que salen adelante, que llevan años rehabilitadas y que están trabajando es importante, dice, para afirmar que en algunas ocasiones son los mismos trabajadores los que les convencen para pedir ayuda.
Apoyo de entidades y partidos políticos
En un Change.org abierto para recuperar la financiación municipal, la asociación destaca el trabajo que llevan realizando desde hace más de dos décadas, ofreciendo cenas de calidad, oportunidad de reinserción laboral de AARR tras haber realizado un tratamiento de rehabilitación y motivando a más afectados a pedir ayuda. Y lamentan que para justificar una decisión injusta y arbitraria, el Ayuntamiento de Barcelona se escude en explicaciones que sugieren una mala preparación o ejecución en el comedor social, algo totalmente opuesto a la realidad.
La Terrasseta también cuenta con el apoyo de más de una decena de entidades, algunas como el Centro Catalàn de Solidaridad, la Federación catalana de drogodependencias y otras adicciones y la Federación Catalana de Voluntariado Social (FCVS), que han enviado cartas al gobierno municipal abogando por la labor de la asociación. Asimismo, tanto Junts como Barcelona En Comú pidieron este martes la continuidad del proyecto al Ayuntamiento en la Comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deporte, garantizar la continuidad del comedor.
Un proyecto en peligro
Ante estos ruegos, el consistorio se comprometió a estudiar un acompañamiento a las personas vinculadas al proyecto de reinserción laboral. Es algo que nos preocupa, aseguró la comisionada de Acción Social, Sonia Fuentes, para añadir que es algo de lo que hablarán con la entidad. No obstante, insistió en que diferencian entre la provisión del servicio de comedor y la continuidad del proyecto de inserción o el tratamiento de personas con problemas de adicción.
Marin, por otro lado, denuncia que lleva desde hace meses pidiendo un encuentro con Maria Eugènia Gay, la segunda teniente de alcaldía en el área de Derechos Sociales, Cultura, Educación y Ciclos de Vida, y con el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, sin obtener ningún tipo de respuesta.
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