El cambio climático, el peligro global número uno y en España, el segundo riesgo más grave en términos de seguridad
En un informe revelador, se destaca que el cambio climático se ha convertido en el peligro global número uno, suponiendo una amenaza existencial para la humanidad. A escala nacional, España no se escapa de esta tendencia, ya que se considera el segundo riesgo más grave en términos de seguridad, solo superado por el terrorismo. Esta situación es especialmente alarmante, ya que el cambio climático no solo afecta al medio ambiente, sino que también tiene graves consecuencias para la economía, la salud pública y la estabilidad política. Es hora de que los líderes mundiales y los ciudadanos tomen conciencia de la gravedad de esta situación y trabajen juntos para encontrar soluciones efectivas.
El cambio climático, el peligro global número uno: ¿cuánto tiempo más podemos esperar?
Las actividades humanas aceleran el cambio climático, y según la IX edición del Informe de Riesgos Futuros, es el riesgo emergente más peligroso a nivel global.
Una encuesta mundial realizada a más de 3.000 expertos de 50 países concluye que el cambio climático, la inestabilidad geopolítica y las pandemias y enfermedades infecciosas son, por este orden, las tres principales amenazas para la estabilidad internacional.
La clasificación de riesgos futuros
El cambio climático figura en el primer lugar de la clasificación de riesgos futuros por segundo año consecutivo. Le siguen las nuevas amenazas a la seguridad y el terrorismo, los riesgos de ciberseguridad, los riesgos para los recursos naturales y la biodiversidad, las tensiones y movimientos sociales, los riesgos para la estabilidad financiera, las enfermedades crónicas y los riesgos relacionados con la inteligencia artificial y el Big Data.
En España
En el caso español, las tres principales causas de preocupación son, por este orden, la inestabilidad geopolítica, el cambio climático y los riesgos de ciberseguridad. La lista española tiene algunos parámetros diferentes a la global y considera sucesivamente los riesgos relacionados con la inteligencia artificial y el Big Data, las tensiones y movimientos sociales, los riesgos relacionados con los cambios demográficos, los riesgos macroeconómicos, los riesgos para los recursos naturales y la biodiversidad. También destacan las nuevas amenazas a la seguridad, el terrorismo y los riesgos energéticos.
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La opinión del público
La consulta a los expertos se completa con un segundo sondeo, en este caso destinado a la población adulta de 15 países del mundo. El fin es conocer su nivel de percepción de riesgos, cómo se enfrenta a ellos y qué consecuencias podrían ocasionarles.
En este caso, la población española sí considera que el cambio climático es la mayor amenaza, seguida por la inestabilidad geopolítica y por las pandemias y enfermedades infecciosas.
El comunicado añade que la lectura principal que se puede extraer es que la policrisis global apuntada persiste y se ha profundizado por una creciente complejidad de la gestión de riesgos en un mundo que debe afrontar rápidos avances tecnológicos y riesgos cada vez más interconectados.
Así, el 92% de los expertos y el 90% del público general consideran que en los últimos años ha habido un aumento del número de crisis. España figura como el país europeo con mayor sentimiento de vulnerabilidad en sus ciudades, tanto entre los expertos, con un 77% como entre la población en general, un 70%.
Además, el 85% de los expertos españoles y el 68% del público creen que las personas, en general, no tienen capacidad para evaluar la fiabilidad de la información en las redes sociales, pero el 80% de los primeros y el 78% de los segundos dicen sí confiar en su propia capacidad al respecto.
Aún más, el 66% de los expertos y el 69% del público se considera capaz de distinguir entre información verdadera y falsa. Esta contradicción sugiere que la mayoría de las personas son conscientes de que la desinformación y la información falsa son un problema, pero también que muchas pueden tener un punto ciego sobre su propia vulnerabilidad para ser manipuladas y engañadas.
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