En el contexto actual de incertidumbre económica, la alimentación se ha convertido en uno de los principales motivos de preocupación para los consumidores. A pesar de la reducción del IVA implementada por el gobierno, el costo de la alimentación sigue en constante aumento. Según los últimos datos, aceite de oliva, patatas y legumbres son algunos de los productos que han registrado un incremento significativo en su precio durante el mes de julio. Esta tendencia ascendente es un golpe duro para las economías de los hogares, que ya se ven afectadas por la inflación y la incertidumbre económica. En este sentido, es fundamental analizar las causas detrás de este aumento y buscar soluciones efectivas para mitigar el impacto en los consumidores.
La cesta de la compra sigue subiendo: aceite de oliva, patatas y legumbres aumentan su precio en julio, a pesar de la reducción del IVA
El precio del aceite de oliva, las patatas y las legumbres, productos básicos en la despensa de los hogares españoles, siguió subiendo en julio por encima de la inflación. Lo hizo pese a que las patatas y legumbres llevan exentas de IVA desde enero de 2023 -cuando esta medida empezó a aplicarse para todos los alimentos gravados al tipo reducido del 4%- y pese a que el Gobierno incorporó el 'oro líquido' a ese grupo ya desde el mes pasado -antes de la crisis inflacionaria estaba afectado por un tipo del 10% que se rebajó al 5%.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó el martes que el IPC se moderó seis décimas en julio hasta el 2,8% en tasa anual, su nivel más bajo desde enero de 2022, y que los precios de los alimentos en conjunto subieron de media un 3,1%, al menor ritmo casi en tres años. Esta evolución contrasta con el 38,3% que el aceite de oliva se encareció en relación al mismo mes de hace un año, con el 7,9% que lo hicieron las patatas o con el 3,1% que avanzaron las legumbres y hortalizas frescas.
Factores que explican la subida de precios
Pese a la rebaja tributaria a la alimentación y la aplicada sobre la energía o los combustibles, que también tienen efectos notables en los costes de producción agroalimentarios, existen otros factores que siguen presionando al alza el precio de estos productos. Tanto la patata como el aceite de oliva están entre los que más se encarecieron el año pasado a causa de la merma de producción que provocaron las elevadas temperaturas, la sequía o el alza de los fertilizantes tras la invasión rusa de Ucrania.
En el caso del aceite de oliva, del que España es responsable del 70% de la producción de la UE y el 45% de la mundial, todavía no ha conseguido recuperar los niveles de producción previos a la pandemia, según el informe 2023 del 'Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo' editado por Cajamar. De hecho, la producción de la aceituna para almazara, destinada a la elaboración de dicho producto, se hundió más del 50% en la última campaña y acumula varias consecutivas a la baja.
En lo que respecta a la patata, de la que el país es séptimo productor a nivel europeo, el aumento de su cultivo con respecto al período precovid es inferior a del conjunto de la Unión Europea, del 11,5% frente al 29,4% del conjunto de los socios comunitarios. Con el doble de importaciones que de exportaciones en el último año, España sigue siendo una economía netamente importadora de patata (con Francia como principal proveedor, seguida muy de lejos por Países Bajos) y los problemas en el cultivo de este producto han sido generalizados en territorio europeo.
En relación a las legumbres, donde la casuística es muy variada, en casos como el garbanzo -la más consumida en España- a toda batería de costes de producción que se elevaron a lo largo del último año se añade también el fuerte incremento que registraron las semillas.
Cambio en el consumo por el alza de precios
Desde distintos ámbitos se viene advirtiendo del impacto que el encarecimiento de la cesta de la compra tiene en las familias y de cómo está afectando directamente en sus hábitos de consumo. Tanto como para que el consumo de aceite de girasol haya superado por primera vez al de aceite de oliva entre octubre del año pasado y marzo de este ejercicio, con los datos que maneja Anierac, patronal de los envasadores.
Desde organizaciones como la Unión Sindical Obrera (USO) inciden en que las rebajas de impuestos siguen sin corregir el problema estructural. Con la rebaja del IVA no se está yendo al fondo del problema, denuncia Joaquín Pérez, su secretario general, que advierte de que los precios básicos volverán a subir una vez que se revierta esta rebaja. Los productores ofrecen otra perspectiva del problema.
Los agricultores siempre acabamos pagando la fiesta. Esta medida (la exención del IVA del aceite de oliva) está muy bien para el consumidor, pero perjudica fiscalmente al productor”, apuntan desde Unión de Uniones, y explican que para que la medida tenga efecto positivo en toda la cadena el Gobierno debería compensar también tributariamente a su primer eslabón.
La subida de la cesta de la compra ha sido uno de los principales quebraderos de cabeza para las familias desde el pico que registró en febrero del año pasado, por lo que la rebaja del IVA se convirtió en una de las medidas estrella del conocido como 'escudo social'. Ese conjunto de medidas anticrisis tendrá un coste presupuestario de hasta 57.100 millones de euros entre los años 2021 y 2025, de acuerdo con los últimos cálculos elaborados por el Banco de España.
Deja una respuesta