El director de 'Danza, Lucía, Danza' revela que su corto sobre la depresión hace llorar a los espectadores al dar nombre a su sufrimiento

El director de 'Danza, Lucía, Danza' revela que su corto sobre la depresión hace llorar a los espectadores al dar nombre a su sufrimiento

En un impactante testimonio, el director del cortometraje 'Danza, Lucía, Danza' ha revelado que su trabajo ha tenido un efecto emocional profundo en los espectadores. La película, que aborda el tema de la depresión, ha logrado conmover a la audiencia hasta las lágrimas, según el propio director. Esta cruda y honesta representación de la lucha contra la depresión ha permitido a los espectadores dar nombre a su sufrimiento, encontrando un reflejo de sus propias experiencias en la pantalla. Esta noticia es un testimonio del poder del cine para conectar con las personas y generar un impacto emocional duradero.

David Barón revela la emoción detrás de 'Danza, Lucía, Danza', su cortometraje sobre la depresión

La depresión es una de las enfermedades mentales más incapacitantes a nivel global, afectando profundamente el funcionamiento diario de quienes la padecen. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la principal causa de discapacidad a nivel mundial, con un estimado de 300 millones de personas afectadas.

Para darle visibilidad a esta enfermedad, Neuraxpharm ha lanzado un cortometraje titulado 'Danza, Lucía, Danza', dirigido por David Barón, que se estrenará el próximo martes, 8 de octubre, en el Palacio de la Prensa de Madrid.

La inspiración detrás del cortometraje

David Barón, director del cortometraje, nos habla sobre la inspiración detrás de su obra. El detonante fue la petición de Neuraxpharm; ellos nos encomendaron la misión de hacer algo en formato audiovisual para abrir sus reuniones sobre depresión severa y dolores asociados con profesionales médicos. Al principio debía ser algo más sencillo, pero un día después de tener la reunión, la historia de Lucía vino a mí y en menos de una hora tenía un tratamiento muy somero, pero al mismo tiempo, muy concreto.

Barón también compartió que su experiencia personal con un ser querido que ha padecido depresión severa en diversos momentos de su vida lo motivó a abordar este tema. Fue al acabar de escribir el guion cuando me di cuenta de que todo el trasfondo de la historia de Lucía procedía, en gran parte, de años y años de acumular historias personales.

El impacto de la depresión en la vida de las personas

El cortometraje busca visibilizar el impacto de la depresión en la vida de las personas. Para lograr esto, Barón trabajó en estrecha colaboración con expertos en la materia, como el psiquiatra Francisco Javier de Diego y la psicóloga Thaïs Tiana Sastre. Su aportación fue básica para revisar cada coma del guion y estar seguros de que captábamos la historia desde el punto de vista del paciente… Sin victimismos, ni condescendencia, ni culpabilidad, ni nada que no fuera, simplemente, el punto de vista de la protagonista.

La representación del silencio de la depresión

Barón también habló sobre los desafíos de representar el silencio de la depresión de manera visual y cinematográfica. Los desafíos eran muchos. Pero si me debo quedar con alguno serían dos. Por un lado, generar el ambiente necesario en el set para que los actores transmitieran todos estos sentimientos tan íntimos. Y, por otro lado, el reto de rodar las escenas de baile fundiéndolas con las dramáticas sin que el espectador notara las junturas entre ellas.

La danza como símbolo de la lucha interna

La danza tiene un papel importante en la historia de Lucía. Barón explicó cómo utilizó la danza como símbolo o recurso narrativo para representar la lucha interna de Lucía. La inclusión de la danza fue la clave absoluta en este aspecto. Concebir el corto como un “musical de baile” fue, a la vez, el reto y la solución a la representación visual de la depresión y de sus dolores asociados.

Dar voz a las personas con depresión

Uno de los objetivos del cortometraje es dar voz a las personas con depresión. Barón espera que el proyecto tenga un impacto en los espectadores, especialmente aquellos que conviven con la enfermedad. Mucha gente llora cuando ve el corto. Lloran de alegría y de tristeza a la vez. Lloran porque entienden lo que sienten los personajes. Lloran porque, incluso, puede que alguno de ellos o ellas haya vivido la depresión en carne propia o a través de un ser querido.

El cortometraje forma parte de las Lucía Meetings y se presenta junto a sesiones terapéuticas. Barón cree que el arte puede contribuir significativamente a la salud mental. El objetivo inicial del corto, de hecho, era abrir las sesiones de alguna manera impactante y emotiva. Pero, al final, todo fue creciendo y, ese crecimiento, no solo no fagocitó las reuniones, sino que las dotó de un sentido y una ambientación para hacer lo que realmente estaba previsto, que era concienciar sobre la enfermedad y trabajar con profesionales médicos.

El impacto del cortometraje

El cortometraje estará disponible online junto con recursos para pacientes y familiares. Barón espera que el proyecto tenga un impacto significativo en la vida de quienes lo vean. La idea de alguien que escribe y dirige cine es, simplemente, explicar historias. Pero soy muy consciente de que las historias no cambian el mundo. O vaya… yo así lo creo. Los que cambian el mundo en realidad son los pacientes, sus seres queridos, la comunidad científica y los profesionales médicos.

Finalmente, Barón espera que el cortometraje sirva como combustible para que el cohete de la ciencia, y la humanidad de los pacientes, alce el vuelo. Eso, para mí, sería lo mejor que podría pasar.