El Ejecutivo busca fomentar la actividad laboral de los jubilados a través de incentivos para trabajar a tiempo parcial
En un esfuerzo por fomentar la actividad laboral de los jubilados, el Ejecutivo ha decidido implementar una serie de incentivos para aquellos que deseen seguir trabajando a tiempo parcial después de alcanzar la edad de jubilación. Esta iniciativa busca aprovechar la experiencia y los conocimientos adquiridos por los trabajadores durante sus años de actividad laboral, y al mismo tiempo, brindarles una oportunidad para mantenerse activos y comprometidos con la sociedad. De acuerdo con las autoridades, este plan busca promover la inclusión laboral y reducir la brecha de género en el mercado laboral, especialmente entre los adultos mayores.
El Ejecutivo busca impulsar la actividad laboral de los jubilados con incentivos para trabajar a tiempo parcial
La sostenibilidad del sistema público de pensiones es el principio que ha guiado tanto la última reforma aprobada entre 2021 y 2023 como el pacto sellado por el Gobierno, la patronal y los sindicatos a finales de julio. El país se prepara para la oleada de jubilaciones de la generación del 'baby boom' que pondrá a prueba al sistema durante las próximas dos décadas hasta alcanzar el pico de tensionamiento en 2047, cuando el número de pensionistas alcanzará los 15 millones, según la previsión del Gobierno.
Y al haber descartado retrasar la edad legal de jubilación, ahora se apuesta por incentivar la demora voluntaria de la salida del mercado laboral. No obstante, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones también estudia fórmulas para animar a aquellos que ya estén jubilados a volver a la actividad a través de un empleo a tiempo parcial, la conocida como jubilación flexible.
En el acuerdo cerrado hace tres semanas, el Gobierno se comprometió a revisar la regulación de este modelo en el plazo de seis meses -a inicios de 2025- con el fin de mejorar el porcentaje de pensión que percibirán los jubilados que se decanten por esta fórmula.
El objetivo es suscitar el interés entre los antiguos asalariados, dado que la mayoría de los beneficiarios son trabajadores autónomos. La jubilación flexible está regulada por real decreto 1132/2002 que establece que la pensión se recortará en el porcentaje inverso a la reducción de jornada de trabajo respecto a un empleo a tiempo completo. Es decir, si consigue un empleo de 20 horas semanales (50% de la jornada) su pensión se reducirá a la mitad, pero si desarrolla un empleo de 12 horas a la semana (y recorta en un 70% la jornada laboral) la pensión se reducirá en un 30%.
En la última mesa de negociación, que se extendió durante siete meses, el Ejecutivo no trasladó a los agentes sociales cuál iba a ser su enfoque de cara a esta revisión más allá de lo reflejado en el texto. Se establece un mandato para que el Gobierno, en el plazo de seis meses, revise la regulación de la jubilación flexible (.) con el fin de incentivar el acceso a esta modalidad de pensión de los trabajadores asalariados, mejorando el porcentaje de pensión a percibir.
Y esto es precisamente lo que ya se ha acordado hacer en el caso de la jubilación activa al perseguir el mismo objetivo de hacerla más popular entre los trabajadores asalariados. A diferencia del modelo flexible, esta jubilación requiere haber cesado la carrera laboral al menos un año más tarde de la edad legal de jubilación que le fuera de aplicación, por lo que los representantes de CCOO, UGT, CEOE, Cepyme y el Ministerio de Seguridad Social se decantaron por premiar el tiempo de retraso con el que se accede a la pensión.
Así, frente a la regulación actual en la que se establece una compatibilidad del 50% de la pensión, se ha acordado aprobar una escalera por la que se inicia en un 45% de compatibilidad que se incrementa cada año hasta escalar a un 100% de compatibilidad si la jubilación se prorroga hasta cinco años.
En el mismo paquete, las partes también acordaron una mejora para el incentivo a la jubilación demorada (el modelo por el que el trabajador extiende su carrera laboral una vez cumplida la edad legal de jubilación). Desde el año 2022, los trabajadores podían escoger entre incrementar la nómina de su pensión -cuando finalmente se jubilen- en un 4% por cada año de retraso o obtener una cantidad que varía en función de la carrera de cotización, pero que estaría comprendida entre los 5.000 y los 12.000 euros al acceder a la jubilación. En 2023 se habilitó un modelo mixto y ahora los negociadores han pactado una mejora de otro 2% por cada seis meses a un año que se retrase la jubilación a partir del segundo año.
Estos ejemplos abren la posibilidad de que el Gobierno explore nuevos incentivos o ventajas más allá de mantener un porcentaje de la pensión en función de las horas que se trabajen a la semana. Además, las fuentes consultadas reportan que los diferentes negociadores también quieren abordar la brecha de género que se da en el acceso a la jubilación flexible. Actualmente, estos datos no son públicos, si bien, en la amplia mayoría de las personas que se acogen a esta modalidad son trabajadores por cuenta propia y este colectivo está fuertemente masculinizado, sobre todo en las franjas de edad superiores, incluidos los ya jubilados.
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