En un llamamiento a la acción, el exministro de Sanidad ha manifestado su profunda preocupación por la situación humanitaria que se vive en las Islas Canarias, donde la falta de recursos y la sensación de aislamiento están exacerbando el drama que enfrenta la población isleña. Ante esta crítica situación, el exministro ha destacado la urgente necesidad de una respuesta efectiva por parte del Estado, que permita abordar de manera adecuada las necesidades básicas de la población y brindar el apoyo necesario para superar esta crisis. La gravedad de la situación requiere una acción inmediata y coordinada para evitar que la situación empeore.
- Canarias, en el punto de mira: la crisis migratoria y la respuesta del Estado
- La emergencia declarada
- Récords de llegadas
- La calidad de atención en peligro
- La necesidad de una modificación legislativa
- La responsabilidad del Estado
- La solidaridad de las autonomías
- La implicación de Europa
- El llamado a la acción
Canarias, en el punto de mira: la crisis migratoria y la respuesta del Estado
El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, advierte que la situación migratoria en las islas es dramática y que urge un acuerdo nacional para abordarla. En una entrevista, Clavijo reclama una reforma de la ley de extranjería y la distribución de menores migrantes no acompañados en todo el país.
La emergencia declarada
Hemos tenido que declarar la emergencia, porque era la única opción. Cuando llegamos teníamos 36 instalaciones y tenemos ya 81. Hemos tenido que ir habilitándolos de manera improvisada y emergente para poder dar respuesta. Y eso se vive con angustia, porque estás mirando al mar, y, en función del estado del mar, sabes si te van a llegar mucho o poco y sabes que no tienes forma de atenderlos, explica Clavijo.
Récords de llegadas
No hay precedentes de una situación así. El año pasado, a finales de año, de septiembre a diciembre, nos llegaron 7.398 menores, que fue cuando se decretó la emergencia. Pero este año estamos más que duplicando las llegadas del año pasado. Estamos en triste récord y no tenemos precedentes.
La calidad de atención en peligro
La situación es tan crítica que se ha tenido que recurrir a medidas drásticas como la instalación de una carpa en Lanzarote para acoger a los menores. Pues evidentemente no se les puede dar la calidad de atención a la que tienen derecho, a la que nos hemos comprometido como país por los tratados internacionales y a lo que decretan los derechos de la infancia, lamenta Clavijo.
La necesidad de una modificación legislativa
El presidente de Canarias insiste en que la respuesta es la modificación de la ley de extranjería y la distribución y la reubicación de esos menores donde mejor se les va a poder atender y garantizar sus derechos. Por mucho dinero que nos den, el problema del espacio y de la atención digna no lo resolvemos, advierte.
La responsabilidad del Estado
Clavijo reclama que el Estado asuma la tutela de los menores migrantes no acompañados, como hace con los adultos migrantes. Nosotros sostenemos que son migrantes y que los migrantes son competencia del Estado. El Gobierno no puede dejar solas a las comunidades, y en concreto a Canarias, desentendiéndose, afirma.
La solidaridad de las autonomías
Todas las autonomías se solidarizan y empatizan con la situación de Canarias, pero es necesario un acuerdo de país para dar respuesta a este drama humanitario. Lo mejor para todos es que sea un acuerdo de país, que las reglas de juego estén claras para todos y que con esas reglas de juego todos colaboremos. Esto no es un problema territorial ni político. Esto es un drama humanitario y, como tal, hay que dar respuesta a Europa y España, destaca Clavijo.
La implicación de Europa
El presidente de Canarias echa en falta una mayor implicación de Europa en la cuestión migratoria. Sí, por supuesto. Necesitamos un acuerdo de país para dar respuesta a este drama humanitario, insiste.
El llamado a la acción
Clavijo concluye que no hay tiempo para perder y que es necesario un acuerdo urgente para abordar la situación migratoria en Canarias. No me queda más remedio que ser optimista, porque yo nunca voy a tirar la toalla ni bajar los brazos. Los canarios no nos merecemos lo que está ocurriendo, esta soledad en la que se nos está dejando. No nos la merecen los niños y las niñas que vienen de situaciones de hambre, de muerte, de miseria, huyendo y buscando un futuro mejor, afirma.
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