El legado del Citroën 2 CV: un clásico diseñado para recorrer los caminos rurales con una cesta de huevos en perfecto estado Otra opción: El Citroën

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El legado del Citroën 2 CV: un clásico diseñado para recorrer los caminos rurales con una cesta de huevos en perfecto estado

En el mundo del automovilismo, hay pocos modelos que hayan logrado dejar un legado tan profundo y duradero como el Citroën 2 CV. Diseñado en la década de 1930, este coche revolucionario fue concebido para recorrer los campos rurales con una cesta de huevos en perfecto estado, demostrando su capacidad para adaptarse a las necesidades del campo. Con su diseño innovador y su sistema de suspensión avanzado, el 2 CV se convirtió en un icono del motor, transportando a generaciones de conductores a través de los caminos más sinuosos y empinados. En este artículo, exploraremos la historia detrás del coche que se diseñó para transportar huevos por el campo sin peligro de rotura, y cómo se convirtió en una leyenda del motor.

El legado del Citroën 2 CV: un coche que revolucionó el campo y las carreteras

En 1948, en el Salón del Automóvil de París, se presentó un nuevo modelo de Citroën que iba a cambiar la historia del motor. El Citroën 2 CV fue el resultado de un proyecto ambicioso que pretendía crear un vehículo pequeño y práctico pensado para el campo, con tracción delantera y bajos costos de mantenimiento.

Los orígenes de un mito

Los orígenes de un mito

El proyecto TPV (Très Petite Voiture, Coche Muy Pequeño en castellano) nació en 1935, cuando el director general de Citroën, Pierre Boulanger, decidió crear un vehículo que sirviera para que los campesinos franceses se motorizaran y cambiaran el carro o la mula por el automóvil. El pliego de condiciones era claro: debía ser capaz de transportar un cesto de huevos por un campo sembrado sin que se rompiera ninguno, además de 50 kilos de mercancías.

La innovación tecnológica fue clave en el desarrollo del proyecto. Se probaron brazos de suspensión de magnesio, puertas circulares, faros inspirados en las luciérnagas y un techo de tela, ventanillas de mica y una carrocería de aluminio ondulado.

El primer prototipo

El primer prototipo del 2 CV se llamó Cíclope y tenía un diseño muy peculiar: un solo faro, una carrocería inspirada en la aviación, ondulada y fabricada con una aleación de aluminio, asientos de tipo hamaca colgados del techo mediante cables y un motor de dos cilindros bóxer refrigerado por agua.

El Cíclope no tenía motor en la presentación del Salón del Automóvil de París, lo que generó mucha intriga entre los asistentes. Sin embargo, al año siguiente, se presentó una versión con un motor de 375 centímetros cúbicos refrigerado por aire, con transmisión de 4 velocidades y 9 CV de potencia.

La producción y el éxito

En julio de 1949 comenzó la producción del 2 CV y los clientes se quedaron encantados con su versatilidad y economía. El plazo de espera llegó a tres años y el 2 CV se convirtió en el coche idóneo para necesidades muy distintas.

Su éxito comercial fue rotundo, con más de 5 millones de unidades vendidas hasta el cese de su producción en 1990. El 2 CV también tuvo un papel fundamental en el desarrollo de la industria de automoción en España, donde se produjo desde 1958.

La versión furgoneta y el Sahara

Desde 1950 se ofreció también en versión furgoneta y, posteriormente, se lanzó la versión 4x4 Sahara, antecesora de los SUV actuales. La peculiaridad de esta versión está en su forma de asegurar la tracción total: tenía dos motores, uno para las ruedas delanteras y otro para las traseras.

Un coche para aventureros

El 2 CV siempre fue un coche divertido y para aventureros y amantes del ocio. Su gran aceptación social y sus excepcionales características 'off road' lo hicieron el compañero ideal de aquellos que querían dar la vuelta al mundo por poco dinero o de pilotos con pocos recursos, pero con mucha sed de carreras.

Organizados por la marca, se realizaron grandes raids como el París-Kabul-París de 1970 o el Raid África de 1973, en el que miles de jóvenes de varios países europeos pusieron a prueba su habilidad al volante, su pericia mecánica y su capacidad para adaptarse a las diferencias culturales.

El legado del Citroën 2 CV es inmortal y sigue siendo un icono del motor que revolucionó el campo y las carreteras.

Marina Ramírez

Soy Marina, una autora apasionada por la actualidad nacional española. En Diario Online, un periódico independiente, comparto mis análisis y opiniones sobre los eventos más relevantes de nuestro país. Con mi pluma perspicaz y mi compromiso con la verdad, busco ofrecer a los lectores una visión objetiva y completa de la realidad que nos rodea. ¡Acompáñame en este apasionante viaje a través de las noticias más importantes de España!

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