En el mundo de la música en vivo, la forma en que compramos boletos ha experimentado un cambio drástico en los últimos años. La implementación de los precios dinámicos ha revolucionado la industria de la venta de entradas, permitiendo a los promotores de conciertos ajustar los precios en función de la demanda. Sin embargo, este sistema ha generado confusión y frustración entre los fanáticos de la música, especialmente en el caso de los conciertos de Oasis. En este artículo, exploraremos el fenómeno de los precios dinámicos y cómo ha afectado la experiencia de los fans al adquirir boletos para los conciertos de esta legendaria banda británica.
La Revolución de los Precios Dinámicos: ¿Por qué las Entradas para los Conciertos de Oasis han subido y bajado sin cesar?
Liam Gallagher y Noel Gallagher en su primera imagen juntos después de 15 años. Tras el inesperado anuncio de la vuelta de Oasis, muchos fans se encontraron con la sorpresita de que los precios de las entradas subían o bajaban dependiendo de cuándo y cómo miraban las opciones de la tiquetera. Una sorpresa, sin embargo, que ya no es tan nueva.
La indignación en la industria musical no solo se debe a la confusión entre los fans, sino también entre algunos sectores de la industria musical, por una nueva estrategia que han llevado a cabo algunas de las tiqueteras más importantes y con mayor cota de mercado del mundo: el precio dinámico de las entradas.
¿Cómo funciona el precio dinámico?
Al igual que cuando un usuario mira un billete de avión, cuyo precio puede ir variando dependiendo del día de la semana o la ubicación en la que se encuentre la IP – las aerolíneas no ofrecen el mismo precio a un cliente de Rumanía que a uno de Luxemburgo –, algunas empresas de venta de tickets, principalmente Ticketmaster, la más grande del mundo, han comenzado a implementar este sistema para la venta de sus entradas.
Enfado entre los fans de Oasis: entradas de precio dinámico por más de 500 euros. Ticketmaster es ahora mismo la empresa que está liderando esta estrategia de mercado. La compañía, que fue adquirida por Livenation, una promotora con la mayor cuota de mercado del mundo llamada incluso a declarar al Congreso de los Estados Unidos por presunto monopolio, tiene tal control sobre el mercado de la venta de entradas que puede permitirse experimentar con este modelo.
La controversia de Ticketmaster
Esta compañía de venta de tickets ya ha tenido problemas con algunos artistas por los sobrecostes en la venta de entradas. Es legendaria, por ejemplo, la demanda que tuvo con la banda Pearl Jam, allá por el 1994, cuando el grupo musical la acusó de cobrar unos gastos de gestión abusivos.
En el año 2023, tras comenzar a aplicar los precios dinámicos, otra banda mítica, The Cure, salió a defender a sus fans contra Ticketmaster, sin embargo, el grupo británico solo consiguió que la compañía devolviera una pequeña cantidad de los gastos de gestión a algunos de los compradores de la gira, el equivalente a poco más de diez euros.
La responsabilidad de los artistas
En una industria completamente diferente a la de hace treinta años, donde la principal fuente de ingresos para los artistas ha pasado de ser la venta física de música (discos, vinilos y demás formatos) a los beneficios conseguidos por el directo, lo cierto es que las bandas y músicos también son parte del reciente problema de los precios dinámicos.
Según explica la BBC, es la promotora del evento en connivencia con el artista la que debe dar luz verde a la empresa tiquetera para aplicar las tarifas de precio dinámico, por lo que sería el propio grupo o cantante el que tendría la última palabra a la hora de aprobar este método tan cuestionado.
La reacción de los gobiernos
Ahora, con la polémica instalada en el debate público, los gobiernos de Reino Unido e Irlanda han asegurado que investigarán el caso. Según recoge Reuters, algunos fans de Oasis llegaron a pagar 355 libras por unas entradas anunciadas en algo menos de 150, y todo por este sistema de precios dinámicos.
Sobre el porcentaje de este sobrecoste que se llevarían los artistas, explican fuentes del sector, es muy difícil sacar un número siquiera aproximado. La opacidad de los contratos en la industria musical, sumada a la complejidad de los cachés de artistas tan grandes como Oasis, hace imposible saber si siquiera se llevan una parte.
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