El papa Francisco revela que le quisieron usar en el cónclave de 2005 para no elegir a un extranjero
En una sorprendente declaración, el sumo pontífice ha hecho pública una revelación impactante sobre su participación en el cónclave de 2005. Según Francisco, hubo un intento por parte de ciertos sectores de la Iglesia para utilizar su figura como un mero instrumento político con el objetivo de impedir la elección de un extranjero como Papa. Esta confesión arroja luz sobre los entresijos de uno de los procesos más sagrados y secretos de la religión católica, evidenciando las luchas de poder y las intrigas que pueden llegar a permear incluso en el seno de la Santa Sede.
El Papa Francisco revela maniobras en el cónclave de 2005 para evitar extranjero y favoreció elección de Joseph Ratzinger
El Sumo Pontífice, en el libro-entrevista El Sucesor, revela intrigas entre cardenales durante el cónclave de 2005, donde se intentó utilizar su nombre para obstaculizar la elección de un papa extranjero, prefiriendo en su lugar a Joseph Ratzinger.
Francisco relata cómo llegó a tener 40 votos en la Capilla Sixtina, suficientes para bloquear la candidatura de Ratzinger, evidenciando una estrategia para frenar al cardenal alemán. Se le intentó usar como pieza de un plan para luego proponer a otro candidato distinto, revelando un juego de intereses y maniobras entre los purpurados.
El cónclave, iniciado el 18 de abril de 2005, vio en la segunda o tercera votación una operación para impedir la elección de Ratzinger, ante lo cual el Papa Francisco reaccionó negándose a aceptar la nominación que se estaba gestando. Finalmente, Joseph Ratzinger fue elegido como el nuevo Papa Benedicto XVI.
Bergoglio destaca que Ratzinger era su preferencia, ya que consideraba que en ese momento era el candidato idóneo para ocupar el papado. Tras el dinamismo de Juan Pablo II, se requería un líder que mantuviera un equilibrio y actuara como papa de transición. Reconoce que, de haber sido elegido él mismo, un papa más activo, no habría podido desempeñar el papel necesario en aquel momento.
El Papa Francisco elogia la labor de Benedicto XVI como un hombre que supo acompañar el nuevo estilo necesario en la Iglesia, a pesar de las resistencias que encontró en el Vaticano. Este relato, plasmado en El Sucesor, revela los entresijos y tensiones vividas en el proceso de elección papal de 2005.
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