El pastor de Picardía: Un perro de apariencia rústica y corazón de oro
En un mundo donde la apariencia muchas veces engaña, conocimos a un auténtico héroe canino, cuya historia conmueve corazones y nos hace reflexionar sobre la importancia de no juzgar por las apariencias. Se trata de un pastor de Picardía, raza originaria de Francia, que a primera vista puede parecer un perro rústico y tosco, pero que en realidad esconde un corazón de oro. Su nombre es desconocido, pero su accionar es ampliamente reconocido en la región donde vive. A continuación, te contamos la increíble historia de este perro que ha conquistado a todos con su amor incondicional y su fidelidad.
Un corazón de oro en un pelaje rústico: Conoce el pastor de Picardía
El pastor de Picardía es una de las razas caninas más antiguas de Europa, cuyo origen exacto se pierde en el tiempo. Sin embargo, algunos expertos sugieren que podría descender de los perros llevados al norte de Francia por las tribus keltoi que habitaron la Galia. Solo puede ser leonado, sin grandes marcas blancas.
Si la cinología nos ha enseñado algo es que la falta de datos precisos sobre el origen de una raza canina es un indicio de su antigüedad. Un estudio genético de 2018 halló que un antiguo perro pastor, ya extinto pero distribuido ampliamente por Europa, es el ancestro de varias razas modernas, incluyendo la que hoy nos ocupa.
Del campo a la pantalla: La historia del pastor de Picardía, un perro con un corazón de oro
En el año 1863, los primeros pastores de Picardía se exponían junto a las razas pastor de Beauce y el pastor de Brie, pero para finales del siglo XIX resultaba evidente que era una raza independiente y en 1922 se publicó el primer estándar, lo que derivó en su reconocimiento oficial en 1925.
Sin embargo, como nos hemos visto obligados a reseñar en numerosos artículos acerca de otras razas caninas de origen europeo, las dos guerras mundiales llevaron casi a su extinción debido a las batallas que devastaron la región que les da nombre. Gracias a un grupo de aficionados que recorrieron Picardía en busca de ejemplares originales para recuperar la crianza, la raza sobrevivió.
Este programa de recuperación tuvo éxito y en 1955 se fundó el primer club francés de la raza, Les Amis Berger Picard, que sigue activo en la actualidad. Debido a su aspecto desaliñado y su expresión amable, pese a la extrema rareza de la raza, suele ser una de las favoritas para representar perros callejeros en diversas producciones audiovisuales.
Características del pastor de Picardía
Dinámicos, obedientes y con sentido del humor, el berger de Picardie posee una personalidad adaptable que le permite desenvolverse en diversas disciplinas y ambientes. Es un perro protector y enérgico, pero también sensible, lo que requiere una socialización intensiva durante sus primeros dos años de vida.
Tienden a ser reservados con los extraños y muy entusiastas con sus titulares y otros animales, lo que hace que requieran supervisión constante en presencia de niños pequeños o animales más frágiles. Dedicar tiempo a su ejercicio y estimulación ambiental es imprescindible, ya que se trata de una raza que, bajo condiciones de inactividad prolongada, pueden mostrar comportamientos destructivos por aburrimiento.
Por otro lado, el mantenimiento de su pelaje áspero y ligeramente crujiente al tacto es mínimo, requiriendo solo un cepillado mensual.
Una raza canina muy escasa
Sigue tratándose de una raza canina muy escasa, probablemente con menos de 5.000 ejemplares en toda Europa y que, pese a los intentos infructuosos de varios criadores en los últimos 20 años, no ha logrado establecerse en América del Norte.
Para ampliar información, se puede contactar con el mencionado Club Les Amis Berger Picard, miembro de Société Centrale Canine, la organización que regula el registro y la cría de perros en Francia, o con la Federación Cinológica Internacional (FCI).
Sin desmerecer en modo alguno las múltiples cualidades del pastor de Picardía, sugerimos que se considere la adopción responsable a la hora de introducir un nuevo miembro animal a la familia, cuya decisión nunca debe sostenerse en la apariencia sino en la compatibilidad de caracteres y del estilo de vida que estamos dispuestos a compartir.
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