El PIB de la Eurozona mantiene su ritmo en junio, pese al alza inflacionario, y desafía las expectativas del BCE
En un contexto de creciente inflación, la Eurozona ha demostrado una sorprendente resiliencia en su crecimiento económico. De acuerdo con los últimos datos, el Producto Interno Bruto (PIB) de la región ha mantenido su ritmo en junio, desafiando las expectativas del Banco Central Europeo (BCE). Esta noticia llega como un alivio para los mercados y los inversores, que habían comenzado a mostrar señales de preocupación ante la posibilidad de una ralentización del crecimiento debido a la subida de los precios. Sin embargo, la Eurozona ha demostrado una vez más su capacidad para adaptarse a los cambios y mantener su momentum económico.
La economía de la Eurozona se estabiliza con un crecimiento del 0,3% en segundo trimestre
El Banco Central Europeo (BCE) enfrenta un desafío mayor con la última ficha que ha colocado la oficina de estadísticas europea, Eurostat. Según los datos publicados este miércoles, la economía de la Eurozona se estabilizó entre abril y junio con un crecimiento trimestral del 0,3%, idéntico al del trimestre previo.
Este crecimiento se produce a pesar de la parálisis de Alemania, que volvió a contraerse en ese mismo período. La economía del área del euro resiste pese a los tipos de interés históricamente elevados, las tensiones geopolíticas y la debilidad económica de otras grandes áreas del planeta, como China.
Un crecimiento moderado pero estable
En términos interanuales, el PIB del área del euro acelera una décima con respecto al primer trimestre y crece un 0,6%. El avance de la economía se produce en un contexto en el que la creación de empleo se desacelera algo en la región, al haber avanzado un 0,2%, cuando venía de hacerlo un 0,3% a principios de año.
Inflación en aumento
Estos datos se han hecho públicos después de conocerse que la inflación de la Eurozona repuntó una décima en julio hasta situar su tasa general en el 2,6%, alejándose del objetivo a medio plazo del BCE. La inflación apunta a tensiones persistentes en los precios de los servicios, en la energía -con un alza del 1,3% de su coste frente al 0,2% que se incrementó en junio- y al tiempo que los alimentos frescos moderan algo su escalada.
Un mercado de trabajo sólido
Un crecimiento estable y más inflación conviven con una tasa de paro que permanece prácticamente en mínimos históricos tras repuntar una décima en junio hasta el 6,5%. La solidez del mercado de trabajo se mantiene pese a los costos de financiación más elevados para las empresas y a que las perspectivas de los principales organismos internacionales apuntan a un previsible enfriamiento de la actividad en el segundo semestre del año.
Este factor y el próximo movimiento de la Reserva Federal en septiembre pueden ser determinantes en la opción por la que se decante el BCE.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, compareció ante los medios tras la reunión del BCE del 18 de julio, en la que se analizarán estos datos y se tomarán decisiones importantes para el futuro de la economía de la Eurozona.
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