El plan tecnológico de China podría suplantar la hegemonía de Occidente en una década

El plan tecnológico de China podría suplantar la hegemonía de Occidente en una década

En un giro sorprendente en la escena geopolítica global, China ha lanzado un ambicioso plan tecnológico que busca impulsar su desarrollo en áreas clave como la inteligencia artificial, el internet de las cosas y la computación cuántica. Según expertos, este plan podría permitirle a la nación asiática suplantar la hegemonía de Occidente en apenas una década, lo que tendría implicaciones significativas en la economía global y el equilibrio de poder en el mundo. ¿Qué significa este cambio para el futuro de la tecnología y la política internacional?

La gran transición: China emergiendo como superpotencia tecnológica y poniendo fin a la hegemonía occidental

El plan tecnológico de China podría poner fin a la hegemonía de Occidente en diez años. La inversión masiva en innovación y la capacidad de combinar tecnología avanzada con producción a gran escala están reconfigurando el panorama global.

China se adelanta en sectores clave

En sectores clave como la energía nuclear, los vehículos eléctricos y los drones, China ya ha superado a muchas naciones occidentales. Un informe reciente del Information Technology and Innovation Foundation (ITIF), un grupo de expertos en tecnología con sede en Washington, sugiere que, en una década, China podría liderar el desarrollo de tecnologías estratégicas, superando a Estados Unidos y Europa.

El gobierno chino protege las compañías nacionales

A pesar de los problemas que arrastra desde hace años, como el envejecimiento demográfico y el aumento de la deuda, China sigue controlando el 35% de la producción industrial mundial. Esto coloca a China muy por delante de países como Estados Unidos, que controla el 16%, y otras potencias como Japón y Alemania.

Más allá de ser una fábrica mundial, este avance no solo se debe a su capacidad de manufactura, sino también a un salto significativo en investigación y desarrollo. El gobierno chino ha respondido a la necesidad de un cambio de modelo inyectando cantidades masivas de dinero en sus empresas públicas, a menudo a través de subsidios y subvenciones, protegiendo a sus compañías nacionales y permitiéndoles competir a nivel global.

China avanza imparable en la energía nuclear

En el campo de la energía nuclear, China ha dejado atrás a muchas economías occidentales. El gigante asiático continúa con su ambicioso plan de expansión nuclear, aprobando recientemente la construcción de 11 nuevos reactores con una inversión de alrededor de 33.000 millones de dólares.

Este crecimiento sigue alineado con su objetivo de añadir 150 nuevos reactores para 2030, con inversiones totales que ya se estiman en más de 400.000 millones de dólares a lo largo de la próxima década.

China domina el mercado de las baterías y los coches eléctricos

El sector de las baterías es otro donde China ha tomado la delantera. Empresas como CATL controlan más del 50% del mercado global, con innovaciones en baterías de litio-fosfato y iones de sodio que están transformando la industria automotriz.

Además, la inversión en baterías de estado sólido posiciona a China para consolidar aún más su liderazgo. En el ámbito de los vehículos eléctricos, la empresa china BYD ha conseguido una importante cuota de mercado mundial con sus coches eléctricos, algunos de los cuales se venden a precios tan bajos como 10.000 dólares.

China lidera la innovación y el liderazgo en la fabricación de drones

En el campo de los drones, China es el líder indiscutible. Empresas como DJI controlan más del 70% del mercado global, un dominio que no solo abarca el ámbito civil, sino también el militar, como ha demostrado la guerra de Ucrania.

El talón de Aquiles de China: los semiconductores

A pesar de sus avances, los semiconductores siguen siendo una debilidad para China. El país depende de chips extranjeros para desarrollar tecnologías avanzadas como la IA y la computación cuántica. Las restricciones impuestas por Estados Unidos han limitado el acceso de China a semiconductores de vanguardia, obligando a Pekín a invertir fuertemente en la producción interna.

Con iniciativas como el “Gran Fondo” de 47.500 millones de dólares, China está acelerando sus esfuerzos para fabricar sus propios chips. Empresas como Huawei y SMIC están trabajando para reducir la dependencia de importaciones tecnológicas.

La estrategia de Occidente ante el auge de China

Para frenar el ascenso chino, Estados Unidos y sus aliados han endurecido las restricciones a la exportación de tecnología avanzada. Además, están diversificando sus cadenas de suministro, buscando alternativas a la fabricación china en sectores críticos.

El objetivo es proteger su ventaja en áreas como la inteligencia artificial y la computación cuántica. Sin embargo, estas medidas han impulsado a China a redoblar sus esfuerzos para alcanzar la autosuficiencia tecnológica y competir cara a cara con Estados Unidos y Europa en la próxima era de innovación.