El PP regresa a su ruta inicial de gobernar sin el apoyo de Vox después de la ruptura con los líderes de ese partido por la cuestión migratoria

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El PP regresa a su ruta inicial de gobernar sin el apoyo de Vox después de la ruptura con los líderes de ese partido por la cuestión migratoria

Después de un período de tensión y desacuerdos, el Partido Popular (PP) ha decidido retomar su ruta inicial y gobernar sin el apoyo del partido Vox. La ruptura se produjo debido a las fuertes discrepancias entre los líderes de ambos partidos en cuanto a la cuestión migratoria. La postura del PP, considerada más moderada, chocó con la visión más restrictiva de Vox, lo que llevó a una quiebra en la relación entre ambos partidos. A partir de ahora, el PP deberá buscar nuevos aliados para aprobar sus políticas y proyectos, lo que puede generar un escenario político más complicado en los próximos meses.

El PP recupera su rumbo: Alberto Núñez Feijóo anuncia gobernar sin Vox después de la cuestión migratoria

El PP recupera su rumbo: Alberto Núñez Feijóo anuncia gobernar sin Vox después de la cuestión migratoria

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha decidido dejar atrás la estrategia de gobernar con Vox y recuperar la senda inicial de independencia y moderación. Este giro se produce después de la ruptura con Santiago Abascal debido a la cuestión migratoria.

La moderación por bandera fue el lema con el que Feijóo llegó al liderazgo del PP en abril de 2022. Su objetivo era romper las conexiones con Vox y recuperar el bipartidismo. Sin embargo, los resultados electorales no permitieron cumplir con esta promesa.

Después de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, el PP acabó formando gobiernos autonómicos con Vox en Comunidad Valenciana, Extremadura, Aragón y Murcia, más el que ya mantenía en Castilla y León y el acuerdo de legislatura en Baleares. Esta apuesta pagaría poco después en las generales.

No vamos a ser el PP que quieren otros partidos, defendió Feijóo en el congreso de Sevilla en el que se erigió líder del partido tras la marcha de su predecesor. Esta siempre fue la apuesta de la recién llegada dirección para cada una de las citas electorales agendadas.

Los candidatos a las elecciones del 28M, desde alcaldes a presidentes autonómicos, defendieron día a día, antes y después de la cita electoral, que su objetivo seguía siendo el de no depender de su fuerza a la derecha del tablero político. La voz más sonada fue la de la ahora presidenta de Extremadura, María Guardiola, quien copó las portadas de los medios durante días por negarse absolutamente a gobernar con Vox pese a no contar con la mayoría absoluta.

Finalmente, Guardiola asumió que el diálogo y el acuerdo con Vox era imprescindible y acabó formando gobierno con esta formación. Lo mismo ocurriría en Aragón, Comunidad Valenciana y Murcia. Con diferentes fórmulas, antes o después, acabaron por pactar a pesar de que su primera intención había sido la contraria.

En Génova quisieron desentenderse de la situación, dado el riesgo que tendrían estos pactos de cara a las elecciones del 23 de julio, en medio de las formaciones de estos gobiernos. Al menos, en público, daban libertad a sus territorios para hacer o deshacer.

No obstante, con el tiempo afloró la verdad: acabaría siendo Feijóo quien obligaría a varios territorios a forjar pactos con Vox. Fuera como fuere, el caso es que la carta del miedo a Vox ganó al del miedo al nacionalismo e independentismo.

Feijóo, aun ganando las elecciones, no llegó a la Moncloa ni sumando con Abascal, sino que fue la mayoría progresista más el independentismo y nacionalismo el que tomaría las riendas de la legislatura.

Más allá del ruido que causaron los cinco pactos autonómicos, la legislatura que comenzó hace un año en Murcia, Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura y Castilla y León siguió adelante. Tan solo algún episodio más sonado como la polémica del protocolo provida que quiso implantar Vox en Castilla y León, con el que esta formación amenazó con romper el gobierno sin llegar a ejecutarlo.

Quizá el que más haya pagado por estos pactos ha sido el propio Feijóo, ya que ha soportado durante los últimos meses el señalamiento del Gobierno y en especial de Pedro Sánchez, que siempre que tiene oportunidad le recuerda a Feijóo sus pactos con la extrema derecha.

No obstante, la decisión que tomó este jueves el comité ejecutivo nacional de Bambú cambio las reglas del juego. A Feijóo le sirvieron un regalo en bandeja de plata: el líder popular deja a Sánchez sin su principal baza del miedo a Vox y marca perfil propio.

Ahora podrá gobernar hasta 11 comunidades en solitario [más Ceuta y Melilla], todas con cuentas públicas, y cobrará impulso para, en caso de unas generales próximas, aspirar a un gobernar la Moncloa sin Vox, a quien ha demostrado que no acepta sus amenazas y que siempre primarán sus principios y sentido de Estado.

José Manuel Pérez

Soy José Manuel, un experto en temas de actualidad nacional española y colaborador del Diario Online, un periódico independiente que se caracteriza por ofrecer información veraz y objetiva. Mi pasión por el periodismo me impulsa a investigar a fondo cada noticia para brindar a nuestros lectores contenido relevante y de calidad. Con mi experiencia y conocimientos, me esfuerzo por contribuir al debate público y mantener informada a nuestra audiencia sobre los acontecimientos más importantes en España. ¡Sígueme para estar al tanto de toda la actualidad!

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