El precio del aceite de oliva experimenta una caída sin precedentes en cuatro años
En un giro inesperado en el mercado de los productos alimenticios, el precio del aceite de oliva ha experimentado una caída sin precedentes en los últimos cuatro años. Esta tendencia descendente ha generado un gran interés en la industria, ya que el aceite de oliva es uno de los productos más populares y demandados en todo el mundo. La disminución del precio se debe a una combinación de factores, incluyendo la sobreproducción, la competencia feroz entre los productores y la disminución de la demanda en algunos mercados clave. Esta situación tiene implicaciones importantes para los productores, los comerciantes y los consumidores.
Aceite de oliva: caída sin precedentes en precio mayorista en cuatro años
El mercado del aceite de oliva está experimentando un cambio de ciclo después del boom de precios registrado en los dos últimos años. Las cotizaciones mayoristas están registrando caídas interanuales que superan los dos dígitos, bajo la perspectiva de una mejora de la cosecha y el desplome a mínimos históricos en el consumo.
El descenso se ha acelerado este mes al ritmo más rápido desde 2020, en la pandemia, cuando apenas resta mes y medio para el final de la actual campaña oleícola y dé comienzo la de 2024-2025. En concreto, la referencia del precio del aceite de oliva virgen extra (AOVE) de máxima calidad, con acidez máxima de 0,8 grados, cerró a principios de agosto en los 6.820 euros por tonelada en Jaén, la mayor región productora del mundo, un 10% menos que en el mismo período de 2023, según los datos monitorizados por la Comisión Europea en las principales cuencas oleícolas europeas y adyacentes.
El precio medio del aceite de oliva español supera por primera vez al italiano en los EE.UU. Primeras rebajas interanuales. El progresivo descenso de precios desde los máximos históricos registrados a finales de enero, por encima de los 9.000 euros / tonelada en el AOVE, amplía la rebaja desde ese récord a cerca del 25%, según el citado precio mayorista.
La proporción se repite en otras áreas como Málaga, Sevilla, Córdoba o Granada, entre otras. Sin embargo, no está produciendo el mismo movimiento de caídas de precios en Italia, aunque sí se atisba en Grecia, que en 2023 se convirtió en el segundo suministrador del mercado, o Turquía, que ocupó la tercera plaza.
Descenso del consumo y mejoría de la cosecha
El desplome del consumo hasta mínimos históricos registrado por el encarecimiento de precios y la mejoría de las previsiones de la cosecha en el olivar destinado a la producción de aceite ha cambiado la dinámica de mercado. En la temporada 22/23, la producción de aceite de oliva en la Unión Europea registró un desplome del 39%, con especial incidencia en España, el país que más produce del mundo.
Lejos de la normalidad. Durante la campaña 22-23, la producción española se desplomó un 55% interanual, hasta las 666.000 toneladas. En la actual (23/24), el Gobierno pronosticó una cifra algo inferior a las 800.000 toneladas, un 15% más, pero muy lejos de las 1,5 millones de la situación previa a la crisis.
Para el período 2024/25, algunos operadores ven probable que se supere el millón de toneladas, cifra que ayudará a aliviar la tensión en el lado de la oferta. La mejoría climatológica en 2024 con abundancia de lluvias en las regiones productoras puede hacer incluso que se superen los objetivos de cosecha, según fuentes del sector, a la vez que mejoran las cifras previstas para la siguiente.
El Ministerio de Agricultura (MAPA) de Luis Planas actualizará las previsiones oficiales a comienzos de octubre. Pese al descenso que se está registrando en este 2024, el coste en origen del aceite de oliva está muy por encima de sus medias históricas. En su pico de enero, los precios en el AOVE (0,8 grados de acidez máxima) llegaron a multiplicar por más de cuatro veces sus mínimos de 2020 y más de seis veces el suelo que marcaron en 2012 tras una crisis de consumo y una sobreproducción que tumbó los precios.
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