El primer consejo del Banco de España con Escrivá: una reunión clave sin Fernández, que renuncia a liderar la reforma del organismo

El primer consejo del Banco de España con Escrivá: una reunión clave sin Fernández, que renuncia a liderar la reforma del organismo

El primer consejo del Banco de España presidido por Héctor Escrivá ha tenido lugar en un momento clave para la entidad financiera. La reunión ha sido especialmente significativa debido a la renuncia de Nadia Fernández, quien hasta ahora lideraba la reforma del organismo. La ausencia de Fernández ha generado expectación y curiosidad en torno a las decisiones que se tomarán en este nuevo escenario. El encuentro ha sido visto como una oportunidad para sentar las bases de un nuevo rumbo para la institución, que se enfrenta a importantes desafíos en un contexto de cambio económico y financiero.

El primer consejo del Banco de España sin Fernández: una reforma truncada

El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, se enfrenta a un desafío inesperado en su primer consejo como máximo responsable de la entidad. La renuncia de Fernando Fernández, consejero del Banco de España, a liderar el grupo de trabajo para reformar la Ley de Autonomía de la institución, ha obligado a Escrivá a realizar un cambio de última hora.

Escrivá había propuesto a Fernández, reputado economista y designado en su momento como consejero del organismo por el PP, liderar el grupo de trabajo que debía elaborar una propuesta de reforma para remitirla después al Gobierno y a las Cortes. Sin embargo, algo se torció entre la ceremonia de toma de posesión del martes y el primer consejo de la entidad con el exministro al frente, y Fernández optó por declinar el encargo.

La sorpresa fue mayúscula, ya que la creación del grupo de trabajo y la propuesta del nombramiento de Fernández no se habían aprobado en una reunión previa del Consejo de la entidad celebrada la pasada semana. La primera vez que el órgano tuvo conocimiento formal de esta propuesta fue el mismo martes en el cónclave de las 4 de la tarde, después de celebrarse la toma de posesión de Escrivá.

Las fuentes conocedoras explican que Fernández había aceptado el cargo en conversaciones privadas con el gobernador, pero diferencias de fondo y forma le llevaron a rechazarlo en última instancia, al considerar que no se daban las circunstancias de independencia y confianza para cumplir con ese encargo.

La imposibilidad se habría puesto de manifiesto en la reunión del consejo celebrada el martes. Las mismas fuentes niegan que existieran presiones políticas desde Génova que pudieran haber llevado a Fernández a cambiar de parecer.

Otras fuentes consultadas explican que en este último encuentro del Consejo de Gobierno no estaba previsto abordar el asunto del grupo de trabajo para la reforma de la Ley de Autonomía y que fue el propio Fernández quien, en pleno debate sobre otro de los puntos a tratar, anunció que no continuaba, pese a haber mostrado previamente su interés por la propuesta del nuevo Gobernador.

Una reforma de calado

La intención original de Fernández habría sido proponer cambios más allá del funcionamiento interno de la propia institución, abordando una reforma amplia del modelo de supervisión del sistema financiero hacia las conocidas como 'twin peaks'. Esto es, recuperar la idea de una supervisión dual donde la CNMV se encargase de vigilar la conducta de las entidades y el Banco de España de velar por su solvencia.

Diseñar una reforma de este calado habría requerido de más tiempo y, sobre todo, de un consenso previo entre los dos grandes partidos para garantizar que no quedase en un mero documento de recomendaciones y pudiera ver la luz.

Esto habría chocado con el encargo del Gobernador, que se había planteado con la idea de tener en un horizonte temporal acotado recomendaciones y propuestas de la institución de cara a ese posterior debate parlamentario.

Desde el Banco de España no se descartaba, incluso, que entre las recomendaciones pudiera incluirse un análisis sobre el sistema de nombramientos del gobernador. A diferencia de lo que sucede en los bancos centrales de otros países, el mandato al frente del BdE expira a los seis años sin posibilidad de renovación, cuando lo más común es que este se prolongue por un período más largo o que pueda renovarse.

En su discurso de toma de posesión, Escrivá apuntó que el objetivo era revisar aspectos de la ley que puedan reforzar aún más la independencia de la entidad, pero también potenciar los elementos de apertura y comunicación a la sociedad, explicando y justificando sus actividades.

Pese a que el Gobernador considera que el BdE ha avanzado mucho en este sentido a lo largo de las últimas décadas, considera que sigue habiendo margen de mejora y de innovación en ese objetivo de ser más transparentes.