La noticia que ha suscitado interés en la actualidad es la referente al pueblo que no cambiará la hora este domingo como el resto del país, decidiendo hacerlo un día después. Esta decisión, que ha generado debate y curiosidad entre la población, tiene como protagonista a un pequeño municipio que ha optado por mantenerse al margen de la modificación horaria que suele realizarse de manera generalizada. Este hecho, que rompe con la tradición establecida, plantea cuestionamientos sobre la autonomía de las localidades en la gestión de su tiempo y la repercusión que puede tener en la vida cotidiana de sus habitantes. Sin duda, esta peculiar medida ha captado la atención de todos aquellos interesados en las particularidades de este municipio y en las razones que lo han llevado a tomar esta singular determinación.
Tobarra, el pueblo que desafía al cambio de hora por su tradición única de tamboradas
El municipio de Tobarra, ubicado en la provincia de Albacete y con una población de menos de 8.000 habitantes, ha decidido mantenerse fiel a su tradición de tocar el tambor durante 104 horas seguidas, desafiando así el cambio de horario establecido para el resto de España.
Desde el Miércoles Santo hasta el Domingo de Resurrección, los habitantes de Tobarra no modificarán sus relojes para garantizar que se cumplan las 104 horas de tamboradas, una práctica arraigada en la localidad. Miles de tamborileros, ataviados con túnicas de diversos colores, recorrerán las calles redoblando sus tambores en una anarquía controlada únicamente por el respeto a las procesiones y al cumplimiento de las 104 horas de tradición.
La alcaldesa de Tobarra, Manuela Garrido, ha destacado que esta decisión fue tomada por unanimidad en el Ayuntamiento, reconociendo que las tamboradas son la seña de identidad de la localidad y una tradición muy arraigada. Durante estos días, Tobarra triplica su población y se convierte en un espectáculo de color y sonido que atrae a visitantes de todas partes.
Por su parte, Tobarra se une a la localidad vecina de Hellín para despedir juntas sus tamboradas, demostrando la unión en torno a esta manifestación cultural. Ambos municipios, máximos exponentes del tambor en Castilla-La Mancha, celebran la clausura de las festividades al son de los tambores, levantando los palillos a la vez como símbolo de hermandad y respeto por la tradición.
Tobarra y Hellín se unen para despedir sus tamboradas en una fiesta sin igual
Las túnicas de colores de Tobarra y las negras de Hellín se fusionan cada año en la despedida de las tamboradas, marcando un momento de silencio tras 104 horas de intensa actividad. Ambos municipios, reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2018, comparten este legado cultural que los une en una celebración única.
La decisión de Tobarra de no cambiar la hora para mantener viva su tradición ancestral refleja el arraigo y la pasión de sus habitantes por las tamboradas, un legado que trasciende generaciones y fronteras. La unión entre Tobarra y Hellín en la clausura de estas festividades demuestra la importancia de preservar y promover las manifestaciones culturales que enriquecen el patrimonio de la región.
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